Es una pena que el segundo libro de Helen Fielding con el que tanto me he reido se haya llevado a la pantalla con tan poco acierto.

La primera película fue memorable, carcajas sin parar, pero esta vez se han quedado en leves sonrisas que no hacen justicia al magnífico libro en el que se basa. Comprendo que el listón estaba muy alto, pero con esta nueva película se han quedado demasiado atrás.

Como ya ocurrió en la primera, restan demasiada importancia a Jude, Sazzer y Tom, que son junto con los libros de autoayuda los que desatan el desastre en la relación de Bridget y Mark. También omiten otros momentos divertidísmos como el agujero de la pared del apartamento, o las nuevas amistades de su madre y de Una alconbury.

La película no está mal, pero no está a la altura de su antecesora. Un consejo, si quereis reiros de verdad leed el libro.