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Voto de Juan Solo:
8
6,6
1.561
Drama
Merry Noel (Bergen) y Liz Hamilton (Bisset) son íntimas amigas desde el colegio, donde habían sellado un pacto de fidelidad, pero ambas se separan cuando Merry se casa. Muchos años después, Merry, prototipo de mujer burguesa, madre y ama de casa, se ha convertido en una popular escritora de best-sellers. Liz, en cambio, como escritora de carácter intelectual, no goza de la misma popularidad. Aprovechando una gira por California, Liz ... [+]
6 de octubre de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos años antes de su muerte, George Cukor se pone por última vez detrás de la cámara para rodar esta bonita historia de amistad entre mujeres que puede considerarse su verdadero testamento cinematográfico. Ricas y famosas supone el mejor de los legados que pudo dejar a la posteridad su autor. El tópico apunta a Cukor como un director eminentemente de actrices, y como el cineasta que quizá mejor ha sabido a lo largo de la historia de Hollywood acercarse al universo de la mujer Todos podemos recordar numerosos y maravillosos ejemplos al respecto.
Cukor nos propone un recorrido por 20 años en la vida de dos amigas inseparables de la infancia y la adolescencia a las que el destino se encarga finalmente de distanciar e incluso enfrentar. La de Lizz y Merry será una amistad que sobrevivirá al tiempo y a sus inclemencias, inevitables obstáculos tales como los celos o la envidia que lejos de distorsionar una relación terminan enriqueciéndola. Alguien dijo alguna vez que ésta, la amistad, era como un jardín cuyas flores había que cuidar y regar a diario; supongo que en esos cuidados irá incluida la lucha contra el pulgón y las demás plagas que amenazan permanentemente con destruir la cosecha e impiden que ésta crezca fuerte y sana. Por si no lo teníamos suficientemente claro, la película nos viene a recordar que una amistad sin baches ni desencuentros que superar no es una amistad.
Arranca el film con un flasback que nos presenta a sus dos protagonistas, Lizz y Merry y nos anticipa algunas de las claves de lo que será su posterior distanciamiento. Estamos en una fría y nevada noche de invierno de 1959 en una solitaria estación de tren. Merry abandona el colegio para casarse con su novio, que lo fue antes de Lizz, e instalarse en California y las dos amigas se despiden con la promesa de volver a verse pronto. Pasarán sin embargo algunos años para que se produzca el ansiado reencuentro y para que ambas descubran que poco o nada tienen que ver con las dos jovencitas que se dijeron adiós en el andén aquella noche. Liz se ha convertido en una prestigiosa escritora introducida plenamente en los circulos literarios e intelectuales más selectos; es una mujer independiente y bien considerada. Bajo esta coraza se oculta, no obstante, una fragilidad que se manifiesta especialmente en sus relaciones con los hombres.
Cukor nos propone un recorrido por 20 años en la vida de dos amigas inseparables de la infancia y la adolescencia a las que el destino se encarga finalmente de distanciar e incluso enfrentar. La de Lizz y Merry será una amistad que sobrevivirá al tiempo y a sus inclemencias, inevitables obstáculos tales como los celos o la envidia que lejos de distorsionar una relación terminan enriqueciéndola. Alguien dijo alguna vez que ésta, la amistad, era como un jardín cuyas flores había que cuidar y regar a diario; supongo que en esos cuidados irá incluida la lucha contra el pulgón y las demás plagas que amenazan permanentemente con destruir la cosecha e impiden que ésta crezca fuerte y sana. Por si no lo teníamos suficientemente claro, la película nos viene a recordar que una amistad sin baches ni desencuentros que superar no es una amistad.
Arranca el film con un flasback que nos presenta a sus dos protagonistas, Lizz y Merry y nos anticipa algunas de las claves de lo que será su posterior distanciamiento. Estamos en una fría y nevada noche de invierno de 1959 en una solitaria estación de tren. Merry abandona el colegio para casarse con su novio, que lo fue antes de Lizz, e instalarse en California y las dos amigas se despiden con la promesa de volver a verse pronto. Pasarán sin embargo algunos años para que se produzca el ansiado reencuentro y para que ambas descubran que poco o nada tienen que ver con las dos jovencitas que se dijeron adiós en el andén aquella noche. Liz se ha convertido en una prestigiosa escritora introducida plenamente en los circulos literarios e intelectuales más selectos; es una mujer independiente y bien considerada. Bajo esta coraza se oculta, no obstante, una fragilidad que se manifiesta especialmente en sus relaciones con los hombres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por su parte, Meryl es un ama de casa acostumbrada, gracias al trabajo de su marido, a tratar con la flor y nata de la sociedad californiana. A pesar de un carácter algo ingenuo, Merryl demuestra grandes dosis de sensatez a la hora de enfrentarse a situaciones delicadas que al final resultarán claves para mantener a flote la amistad. Una noche, y con Lizz sumida en una de esas fases de bloqueo que le impiden avanzar en la redacción de una nueva novela, su amiga le anuncia que ha dedidido seguir sus pasos literarios y le da a leer un manuscrito que ha escrito para que le ayude a publicarlo. La obra resulta ser un best seller que catapulta a su autora a la fama. Llega el momento de ajustar cuentas. Tras una serie de encuentros, desencuentros y reconciliaciones, las dos amigas acaban firmando la pipa de la paz no sin antes haberse dicho de todo menos guapas en la suite de un hotel. Finalmente, la nieve que separó a las dos amigas la primera vez acaba uniéndolas en la última escena del film.
El director sabe sacar todo el jugo a las actuaciones de Jacqueline Bisett y Candice Bergen, dos grandes y bellísimas actrices que quizá en su época no gozaron de todo el reconocimiento que merecían. Aquí ambas están sublimes y una y otra nos regalan el papel de su vida. Cukor rueda esta película con su particular estilo elegante y sofisticado – en este punto no podemos olvidar la delicada y hermosa partitura original de Jacques Deleure, habitual compositor de Truffaut, que la adorna de principio a fin. Al mismo tiempo , y a sus 82 años el maestro se puede por fin dar el gusto de tratar con valentía temas y situaciones que le habían sido vedadas en su etapa más clásica. Supongo que Cukor moriría con la tranquilidad de saber que había llegado a tiempo de rodar la historia que siempre quiso contarnos.
El director sabe sacar todo el jugo a las actuaciones de Jacqueline Bisett y Candice Bergen, dos grandes y bellísimas actrices que quizá en su época no gozaron de todo el reconocimiento que merecían. Aquí ambas están sublimes y una y otra nos regalan el papel de su vida. Cukor rueda esta película con su particular estilo elegante y sofisticado – en este punto no podemos olvidar la delicada y hermosa partitura original de Jacques Deleure, habitual compositor de Truffaut, que la adorna de principio a fin. Al mismo tiempo , y a sus 82 años el maestro se puede por fin dar el gusto de tratar con valentía temas y situaciones que le habían sido vedadas en su etapa más clásica. Supongo que Cukor moriría con la tranquilidad de saber que había llegado a tiempo de rodar la historia que siempre quiso contarnos.