A pesar de estar dirigida por uno de los directores mas talentosos del momento e interpretada por un trío de estrellones me temo que la peli, que comienza con una primera media hora aburridilla y normal, normal, del montón va a ser carnaza para críticos de cualquier pelaje por varios motivos, empezando por el hecho de pertenecer a un género criticable ya casi por norma y acabando por un final precioso y emotivo que va a resultar extremadamente edulcorado para gran parte del público.
Aún así, y a pesar de tener defectos a raudales, los protagonistas sacan a flote un guión tramposillo y cien veces visto y convierten Dream House en una alternativa digna al menos en la que no se percibe, es cierto, la mano maestra y delicada de Sheridan.

Lo mejor: Rachel Weisz, un prodigio interpretativo como casi siempre, que dota a su personaje de un aura maravillosa y creíble por completo. Naomi Watts, secundona y nada molesta.

Lo peor: será recordada por ser la peli donde se enamoraron sus protas... Una pena. El final apresurado no va a gustar a muchos.