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Argentina Argentina · santa fe
Voto de rouse cairos:
6
Drama La película trata la historia de un padre y su hijo y está contada desde el punto de vista del chico, un adolescente de 16 años, quien en ese momento de su vida decide dejar de lado lo que su padre tiene proyectado para él y tomar su propio camino. (FILMAFFINITY)
25 de marzo de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La conflictiva relación entre un adolescente introvertido y su padre autoritario son el centro de una historia que transcurre en un medio conservador, con mandatos patriarcales y mujeres sumisas.
La película está narrada desde el punto de vista de Nicolás (el debutante Alián Devetiac), un joven de 17 años, como el primogénito de un padre que mantiene dos familias, una legal y otra más o menos clandestina. Un modo de vida que sin embargo está naturalizado por sus miembros, aunque con distintas jerarquías. La relación más antigua es con la madre de Nicolás, quien tiene dos hermanos menores: una quinceañera y un niño. El padre (Daniel Veronese) siempre aparece “de visita” pero con decisiones y soluciones para todos. Así ha decidido que el hijo mayor sea el sucesor de sus negocios y su profesión.
El joven protagonista es silencioso, habla con cuentagotas, pero en cada uno de sus gestos -sobre todo en su mirada- y en sus acciones o en lo que no quiere hacer, se transmiten sentimientos encontrados y crecientes entre el resentimiento, la humillación, el temor y la violencia contenida para con esa figura patriarcal que decide todo y para todos.

Las películas de Murga son de una compleja sencillez, construyen un fluir que parece arrancado de la vida misma, donde las secuencias crecen impulsadas por un realismo naturalista que registra momentos cotidianos: el juego de los hermanos, la salida de cacería, el cumpleaños familiar de la hermana quinceañera. Sin embargo, están lejos del costumbrismo convencional y nos dejan en condición de observar que por debajo de la apariencia hay siempre algo más importante, algo que aunque parezca pequeño como una chispa, puede generar un gran incendio.

“La tercera orilla” es un film de acentuada sutileza, cuidado por el detalle y la construcción de climas pero también es distante, con pocos diálogos, entre silencios incómodos y miradas furtivas. El cine de Murga habla en voz tenue pero firme, impulsa a la observación, a leer entre líneas. Un modo de narrar que distancia la emoción inmediata y parece frío, como un fuego helado.

Aunque la película de alguna manera siempre ronda la tragedia, al mismo tiempo, consigue evitar el melodrama y lo maniqueo. No deja de seguir el discurso tradicional contra el machismo, la hipocresía y el peso del mandato paterno, exponiendo el mito básico de alejarse para crecer y transgredir para descubrirse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
rouse cairos
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