A ver…intentaré no ponerme tan cabrón, pero es que el cine últimamente me ha dado un par de bofetadas que me han llevado a este estado entre la indignación y la indiferencia.
Peter Jackson, maduro director, tu deberías ser enviado de nuevo a la universidad de comunicación. Lo que has hecho en “The Lovely Bones” es absolutamente imperdonable, infantil, primario, precario con la abundancia, en fin, sencillamente vomitivo.

Principio primero de un estudiante de ciencias de la comunicación: “Menos es mas”. Es decir, cuanto menos sea necesario mostrar para transmitir lo que quieres transmitir, más será lo que logres transmitir en aquellos a los que les quieres transmitir. (Aclaración: La falta de sinónimos de la frase no es producto de una limitación gramatical, sino que es su intención la de enfatizar aquello que debería saber hasta el más amateur de los realizadores de cualquier rama de las artes visuales y sonoras).

Destacado esto, solo puede arrojarse una conclusión luego de haber padecido “The Lovely Bones”. Tu, Peter, te has cagado en este principio. O por soberbio o por juntarte mucho con Steven Spielberg y copiar lo peor del director que suele caer en este tipo de errores, pero los compensa (a veces) con una dirección soberbia y unos golpes de guion magistrales, has hecho de una historia que podía convertirse en un notable película, una basura azucarada con las peores herramientas que se tienen bien, pero muy bien, cerquita de la mano.

Lo fácil, lo efectistamente lacrimoso, todas esas frases que dan vergüenza ajena, todas esas escenas que nos sonrojan por lo bochornosa, todo está aquí presente en este paquete de mierda de 135 minutos. Si hasta en la duración del metraje le pifiaste!!


sigo en el spoiler sin revelar: