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Voto de Claudio Puga:
8
Drama Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía, una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se ... [+]
25 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Belleza cinemtográfica sobrecogedora. Un guión excelente, narrada por susurros visuales. Actuaciones magníficas.

Los planos generales de duración extendida, muy típico de cine de autor, es algo que choca con el rítmo que espera el espectador. Pero existen algunas excepciones y en este film se justifica, no sólo por la belleza de la fotografía; que es su camino y tono narrativo, sino que la pausa hipnótica convive en función de los elementos que arman la obra, haciéndola de ella, compactándola, en una joya, una pieza de arte.

Todo depende de la mirada que se tenga sobre algo. Por supuesto que habrá a quienes no les gustará este tipo de películas, la podrán encontrar lenta de rítmo, que es cine arte y que el cine arte es aburrido. Tendrán sus razones y verán la película de forma distinta, y está bien, es cosa de percepciones y gustos.

Pero a mí me gusta. La opnión especializada quedó sin palabras, rendida. Es, sin duda, una obra maestra, de la que se hablará por muchos años. Es un golpe a la cátedra del arte fotográfico. "El Silencio" de Ingmar Bergman quedó relegada por un nuevo clásico. No queda más que dar las gracias y guardar ese tesoro.
Claudio Puga
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