Una película elegante y delicada que se ve con agrado, pero en mi opinión está por debajo de otras obras de Koreeda, que es uno de mis directores favoritos. Supongo que le había puesto el listón muy alto. "Nuestra hermana pequeña" es un drama bien rodado, en el que la tragedia y el sentimiento de culpa se nos transmiten de un modo creíble y cercano, siempre a partir de situaciones cotidianas. Podría destacar elementos técnicos como la música, la interpretación de los actores o los movimientos de cámara, pero me quedo con el modo de contar la historia, siempre a partir de lo íntimo del día a día, y con constantes elipsis. Más allá del cómo se cuenta una historia, incluso es más importante qué se muestra en pantalla, qué ha de omitirse y qué podrá sobreentender el espectador. En ese manejo de la información esta película es verdaderamente brillante, como otras del director. Suscribo también la opinión generalizada de que Koreeda es un maestro a la hora de representar ante la cámara la complejidad de las relaciones familiares. Pero, en este caso, echo de menos los argumentos poderosos de "Nadie sabe", "Still walking", "Air Doll" o “De tal padre tal hijo”, así como la tensión y los conflictos a los que el director enfrenta habitualmente a sus personajes. “Nuestra hermana pequeña” es poesía en pantalla grande, pero no se queda en mi memoria, ni me remueve por dentro como otras películas del director. Con todo, es interesante. En fin, que ya espero a la siguiente.