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España España · Barcelona
Voto de rober:
6
Drama. Comedia Antonio (Javier Cámara) es un profesor que utiliza las canciones de los Beatles para enseñar inglés en la España de 1966. Cuando se entera de que su ídolo John Lennon está en Almería rodando una película, decide ir a conocerlo. Durante el viaje, recoge a Juanjo (Francesc Colomer), un chico de 16 años que se ha fugado de casa, y a Belén (Natalia de Molina), una joven de 21 que parece que también está escapando de algo. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La premisa argumental es muy buena. Un romántico maestro de escuela que hace un largo viaje en coche para conocer a su ídolo musical y filosófico (John Lennon), con el fin de obtener algo que transmitir después a sus alumnos. Si eso se contextualiza en la España franquista de los 60, y es Javier Cámara quien interpreta al protagonista, el producto ha de ser interesante. “Vivir es fácil con los ojos cerrados” es una “road movie” sobre un viaje iniciático y homérico, pero con una carga de patetismo muy notable. Lo mejor de esta película, en mi opinión, es la combinación de grandes ideales y situaciones absurdas, separados por una delgadísima línea roja no siempre fácil de apreciar.

El problema, para mí, es que la película traspasa ese eje central y se explaya demasiado en las subtramas. David Trueba hace una reflexión personal sobre la España de la época, con cierto tono nostálgico, pero aprovecha también para lanzar mensajes de plena actualidad sobre la libertad, la educación y la cultura. Y es quizá aquí donde la película flojea un poco. Faltan aristas y mala leche. Javier Cámara está descomunal, pero el resto de personajes (más allá de la buena o mala actuación de los actores) parecen al servicio de un mensaje edulcorado y buenista. Los dos jóvenes autoestopistas encarnan historias previsibles y algo maniqueas. Ramón Fontseré ofrece una versión actualizada del Chanquete de “Verano azul”. De Jorge Sanz y Ariadna Gil no hablo. Ilustres cameos para dos personajes planos y desaprovechados.

La película se deja ver, está llena de luminosos planos y frases inteligentes. Además, Javier Cámara está espléndido en un personaje que en el cuerpo de otro actor podía haber dado pie al disparate. Sólo por eso es una película que vale la pena. Pero no entiendo cómo ha podido ganar tantos premios…
rober
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