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Aventuras. Acción. Ciencia ficción
Año 1957, en plena guerra fría. Indiana Jones (Harrison Ford) consigue de milagro salir ileso de una explosiva situación con unos agentes soviéticos en un remoto desierto al que llegó detenido junto a su amigo Mac (Ray Winstone). El decano de la Universidad (Jim Broadbent) le confiesa a su amigo el profesor Jones que las últimas misiones de Indy han fracasado, y que está a punto de ser despedido. Mientras tanto, Indiana conoce a Mutt ... [+]
20 de mayo de 2008
190 de 305 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que jamás se me habían cruzado tantas sensaciones distintas en los momentos previos al visionado de una película. La ilusión y las esperanzas que me invadían al principio iban dejando paso poco a poco al temor y la desconfianza. Ilusión porque aunque esté hablando de la hasta la fecha última pieza de la que seguramente sea mi saga cinematográfica favorita (cosas de haber crecido con ella), bien cierto es que era la primera película de la serie que podría disfrutar en pantalla grande. Indy es Indy, y después de las horas de felicidad que a lo largo de mi vida me han proporcionado sus exóticas peripecias, creo que lo mínimo que podía darle a cambio era un mínimo voto de confianza. No obstante, el temor al que antes me refería iba abriéndose camino. Siendo francos, ha llovido mucho desde ‘La última cruzada’, y ‘El reino de la calavera de cristal’ (un título bastante enrevesado para mi gusto) podía ser la ocasión perfecta para desprestigiar a uno de los grandes mitos del cine de aventuras. Como primer acercamiento, sólo decir que las más de dos horas de metraje, no han hecho más que dar alas a este estado de esquizofrenia al que hago referencia.
La razón es simple: la película es exageradamente bipolar. El principio es genial pero en la recta final he sentido algo muy cercano a la vergüenza ajena, y no exagero. Así pues, por exigencias del guión, vamos por partes. Como ya se ha dicho, a la primera parte de la película pocas cosas se le pueden reprochar, y teniendo en cuenta lo alto que está el listón en esta saga, no creo que haga falta una mejor carta de presentación. El arranque es sencillamente inmejorable, a la altura del de sus predecesoras. En él está todo lo que todo fan del inagotable arqueólogo podría pedir a cualquier de sus aventuras: acción de la buena salteada con grandes toques cómicos y un buen tratamiento de los personajes. Como era de esperar, las escenas de acción son trepidantes y a pesar de ir a buscar siempre el “más difícil todavía”, se sigue respirando en ellas el aire a cine de la vieja escuela (una deliciosa mezcla fruto del equilibrio perfecto entre adrenalina y nostalgia). Por su parte el amplio elenco de protagonistas también está a la altura: la siempre cumplidora Cate Blanchett en el papel de villana, es la pieza fundamental para conseguir esa clásica visión del mundo maniqueísta que en el fondo tanto nos gusta, Shia LaBeouf es un excelente compañero de aventuras, Karen Allen supone un agradabilísimo reencuentro, y Harrison Ford juega con ventaja, ya que nació para dar vida a Indiana Jones, no hay que decir nada más. Si a este enjambre de buenas vibraciones le añadimos unos excelentes guiños cinematográficos y alguna que otra acertada auto-referencia (breves pero muy sentidos los homenajes a los “desaparecidos en combate”), entonces tendremos un tesoro de valor incalculable: el alma de nuestro querido arqueólogo, completamente intacta!
La razón es simple: la película es exageradamente bipolar. El principio es genial pero en la recta final he sentido algo muy cercano a la vergüenza ajena, y no exagero. Así pues, por exigencias del guión, vamos por partes. Como ya se ha dicho, a la primera parte de la película pocas cosas se le pueden reprochar, y teniendo en cuenta lo alto que está el listón en esta saga, no creo que haga falta una mejor carta de presentación. El arranque es sencillamente inmejorable, a la altura del de sus predecesoras. En él está todo lo que todo fan del inagotable arqueólogo podría pedir a cualquier de sus aventuras: acción de la buena salteada con grandes toques cómicos y un buen tratamiento de los personajes. Como era de esperar, las escenas de acción son trepidantes y a pesar de ir a buscar siempre el “más difícil todavía”, se sigue respirando en ellas el aire a cine de la vieja escuela (una deliciosa mezcla fruto del equilibrio perfecto entre adrenalina y nostalgia). Por su parte el amplio elenco de protagonistas también está a la altura: la siempre cumplidora Cate Blanchett en el papel de villana, es la pieza fundamental para conseguir esa clásica visión del mundo maniqueísta que en el fondo tanto nos gusta, Shia LaBeouf es un excelente compañero de aventuras, Karen Allen supone un agradabilísimo reencuentro, y Harrison Ford juega con ventaja, ya que nació para dar vida a Indiana Jones, no hay que decir nada más. Si a este enjambre de buenas vibraciones le añadimos unos excelentes guiños cinematográficos y alguna que otra acertada auto-referencia (breves pero muy sentidos los homenajes a los “desaparecidos en combate”), entonces tendremos un tesoro de valor incalculable: el alma de nuestro querido arqueólogo, completamente intacta!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero alto, no todo iba a ser tan bonito. Incomprensiblemente, Spielberg manda al garete en un tiempo récord todas las virtudes en las que se ha venido apoyando hasta ahora: se deja atrapar por sus habituales manías y por si fuera poco, consiente que el infantilismo y la todopoderosa maquinaria digital tomen las riendas del conjunto. El resultado? Una última media hora en la que raramente se ve algún indicio de la trilogía original. Media hora agónica que desemboca en un final con pretensiones tan exageradas e innecesariamente apoteósico que en realidad parece que estemos viendo ‘La Momia 5: la tumba maldita de los indios saltimbanquis’, por ejemplo. Ya dicen que el primer paso acostumbra a ser el más importante (y repito, el primer paso de ‘El reino de la calavera de cristal’ es muy bueno), pero no por ello hay que olvidar el último. En esta ocasión se ha olvidado de forma descarada. Y es una lástima quedarse con mal sabor de boca después de haber estado esperando este momento diecinueve años. Lástima no tanto por nosotros, sino más por Indy, que no merecía este final de episodio.
Mientras aparecen los créditos, suenan las reconstituyentes notas del incombustible John Williams, lo cual siempre ayuda a enfocar las cosas desde una óptica más optimista. Así pues, una vez superado el chasco del desenlace, hay que quedarse con lo positivo. Y aunque me esperaba bastante más, la experiencia me da una última lección de lo más alentadora. En estos tiempos que corren, donde el cine de acción parece cada vez más monopolizado por agentes secretos, y por esperpénticos enmascarados pixelados, sigue habiendo no obstante un pequeño hueco para los héroes de toda la vida. Aquellos “viejos roqueros” que se niegan a desaparecer de nuestras vidas, y en los que siempre podremos confiar. Porqué sí, a pesar de sus carencias (alguna de ellas imperdonable), ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ funciona… bien.
Mientras aparecen los créditos, suenan las reconstituyentes notas del incombustible John Williams, lo cual siempre ayuda a enfocar las cosas desde una óptica más optimista. Así pues, una vez superado el chasco del desenlace, hay que quedarse con lo positivo. Y aunque me esperaba bastante más, la experiencia me da una última lección de lo más alentadora. En estos tiempos que corren, donde el cine de acción parece cada vez más monopolizado por agentes secretos, y por esperpénticos enmascarados pixelados, sigue habiendo no obstante un pequeño hueco para los héroes de toda la vida. Aquellos “viejos roqueros” que se niegan a desaparecer de nuestras vidas, y en los que siempre podremos confiar. Porqué sí, a pesar de sus carencias (alguna de ellas imperdonable), ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ funciona… bien.