Lo diré una vez mas. Todo ya se ha contado en el cine después de 126 años, por eso que alguien hable de que ni el planteamiento, ni el género son demasiado originales... es una obviedad.

De lo que se trata, no es que nos cuenten el mismo cuento una y otra vez, sino el enfoque que le damos a esa CAPERUCITA, la cual, quizá haya terminado liándose con el señor LOBO y la justificación que encuentra, es acudir cada día a casa de su ABUELITA con la cesta repleta de miel y sabrosos yogures bífidus.

Nos hallamos ante un relato visualmente enérgico, vacío de metraje superfluo, lo que resulta estimulante. Buen ritmo, interpretaciones sobrias, concisas... incluso podría decirse que de alguna manera resultan austeras, obligándonos a trabajar la potente historia por nosotros mismos, y así descubrir hacia que lugar desea conducirnos.