La fantástica película del director Darren Aranofsky réquiem por un sueño, me genera dos reflexiones frente a dos temas, por un lado, el mundo de las drogas como un espacio de destrucción, como una fantasía que se estrellara con la cruda realidad del mundo, por otro lado, las apariencias y la necesidad de encajar en un mundo lleno de obsesiones banales generadas por la tv y el mundo del espectáculo, tal vez todo en un inicio sea color de rosa y hasta parece irnos bien, la mente es tan poderosa, que nos puede hacer sentir tan bien o nos puede destruir en un abrir y cerrar de ojos.
En realidad, es una película con una producción excelente y una posproducción con efectos visuales, y sonoros que nos permiten vivir la euforia de los personajes y su pensamiento frente a las drogas, la interpretación de los personajes es muy certera y fuerte con matices en su psicología mostrando su lado sensible y mas feroz en los momentos de tensión, cada personaje tiene su propia historia y un sueño que acompaña su camino.