Estupenda, entrañable y elegante película familiar que entretiene de forma sana, divertida y emocionante.

Un guión lleno de misterio, de exotismo, de aventura que se sigue con facilidad y que te atrapa irremediablemente. Algunos giros del mismo son un pelín forzados y no siempre convincentes, es verdad. Y los personajes son clichés ya vistos. Sí, pero ¿qué más da en una aventura como ésta? Lo importante es disfrutarla con intensidad.

Efectos especiales (ILM y Pixar), más que dignos. Incluso a día de hoy. La primera vez me alucinaron. Sin embargo, competir con los actuales es tarea casi imposible. Pero, insisto, siguen estando bastante bien.

Buena banda sonora que te sumerge de lleno en la historia. Igualmente destaca la fabulosa ambientación y las ubicaciones elegidas para el rodaje. Rezuma credibilidad por todos lados.

Un peliculón para toda la familia de muy alta factura.

Recuerda en mucho a lo que años después va a ser Harry Potter y Hogwarts. También aquí tenemos una vetusta institución dentro de un edificio gótico, unos ancianos profesores, un profesor de rasgos intrigantes (como Severus Snape, incluido cierto parecido), un comedor grande e impresionante, un compañero rubio repelente (como Draco Malfoi, de nuevo se repite el parecido entre ellos), una chica compañera de aventuras (como Ermione) y un gordito torpe y simpático (Dr. Watson ocuparía el rol de Ron Weasley). Incluso en la tienda de antigüedades dónde entran Sherlock y Watson les atiende un señor con la lupa aumentando su ojo y con un rasgos físicos que recuerdan al Alastor Moody, de Harry Potter.
No hay duda de que la saga mágica bebe en cierta manera de esta estimable película.