La gran obra de Carl Sagan en la que expone todas sus teorías astronómicas es adaptada al cine de manera brillante por el gran director Robert Zemeckis.
La obra cuenta una historia fantástica en la que por primera vez se toma contacto entre la Tierra y un ser de otro mundo. Un contacto que revoluciona a todo el planeta, ya que se plantean diversas cuestiones, además de si saber si el contacto es por algo pacífico o todo lo contrario.
Además de esto, se plantea una guerra dialéctica entre las teorías científicas y las teorías religiosas. ¿Si existen extraterrestres, existe Dios? Esa cuestión es un camino del que salen diversos ramales con diversas cuestiones entre religión y ciencia.
Los actores realizan un gran trabajo dando vida a esos personajes que buscan la misma meta pero por caminos diferentes. Tanto Jodie Foster como Matthew McConaughey defienden de manera sobresaliente su trabajo y nos regalan dos personajes fantásticos. Esa joven que sueña con contactar con seres de otro mundo, y descubrir que no estamos solos en este mundo, y así ella no sentirse tampoco tan sola. Por otro lado, ese joven religioso que defiende sus creencias, y que por muy real que parezcan las teorías científicas; se niega a creer que el 95% de la población que cree en un ser superior estén equivocados.
Robert Zemeckis dirige magistralmente la película y refleja toda la esencia de las teorías de Carl Sagan. Uno puede aprender fácilmente sobre astronomía gracias a la forma sencilla y cómoda de la manera en que está narrada la historia. Una historia que nos plantea una teoría extraterrestre, pero mucho más cercana que cualquier otra de ciencia ficción que se haya podido ver.
En fin, sin lugar a dudas una de las películas sobre extraterrestres que más me han gustado. Una trama que engancha desde el principio y que no deja indiferente a nadie. Teorías de las que todos tenemos una opinión, y de las que en todas tendremos razón en parte y en otras no. ¿La ciencia y la religión son incompatibles? ¿Si existen seres de otro mundo no existe Dios? Y si realmente estamos solos, ¿no está muy desaprovechado todo ese espacio infinito?