Sin lugar a dudas uno de los grupos más famosos de la historia y que más ha influenciado a otros músicos posteriores ha sido "The Doors". Un grupo que en la década de los 60 y 70 revolucionó tanto fuera como dentro de los escenarios hasta que su vocalista muriera en París con menos de 30 años.
Y es que Jim Morrison siguió la trágica estela de otra artista llamada Janis Joplin; y que posteriormente sufrirían otros más como Amy Winehouse. Artistas con una gran adicción a las drogas y al alcohol que hicieron que compusieran verdaderas obras musicales; pero que les pasó una factura muy cara al cortarles su vida en una edad muy joven y en pleno proceso de creación.
En este caso Oliver Stone es el encargado de dirigir este film y de exponer la historia de este grupo a través de la imagen de su vocalista. Un hombre al que se le expone obsesionado con la muerte, las drogas y el alcohol. Un joven que vivió una época donde la guerra de Vietnam estaba muy presente, y donde la gente de su generación se levantaba con un grito fuerte de libertad ideológica y sexual que marcaría a la sociedad por muchos años posteriores en millones de personas.
La película comienza muy bien y uno se engancha fácilmente a esa trama que nos adentra en el mundo de atrás y de adelante de este famoso grupo. Se exponen los comienzos, la fama y la parte oculta y oscura de este grupo que traía de cabeza a la policía y el gobierno; pero que tenía millones de seguidores que adoraban sus letras llenas de poesía y de dramatismo.
Pero tras el comienzo a la mitad de película se empieza a diluir en una trama que se centra en ese mundo que vive su protagonista cuando está drogado y ebrio. Un mundo surrealista y de situaciones extrañas que hace que se desconecte de la historia.
Y es que lógicamente las drogas y el alcohol es algo crucial para la vida del personaje que se retrata, pero llega un momento que son numerosas las escenas de esta tipología que en cierto modo no aportan nada. Escenas llenas de fiestas donde la droga, el alcohol y el sexo son las protagonistas; y que hacen que uno no continúe con la historia de este grupo musical.
Actoralmente la película funciona muy bien. Val Kilmer es el encargado de dar vida a Jim Morrison. Él lleva prácticamente el peso de todo el film; y sin ser un actor que me entusiasme generalmente; debo reconocer que aquí hace un brillante trabajo y creo que es su mejor interpretación.
Junto a él otros intérpretes le acompañan en este viaje donde lo importante se vivía entre bambalinas y no en el escenario. Meg Ryan, Kevin Dillon o Michael Madsen son algunos de lo actores que intervienen y que también realizan un buen trabajo.
En fin, "The Doors" es un film que comienza muy bien y que tiene ciertos momentos muy buenos. Una pena que luego todo se centre en esas escenas extrañas que retratan los efectos de la droga y el alcohol. No obstante, es curiosa para conocer la verdadera historia de este poeta maldito que creó grandes canciones como "Light my fire", "The end" o "Riders on the storm".