Cada vez son más las películas de argumento lineal que apelan cuasi simbióticamente a la digresión argumental para mantener cierta "tensión" narrativa que les permita llegar a las conclusiones de siempre: Salvando las distancias se sostiene gracias a ello, a apostar por la mayor cantidad de secuencias hilarantes encadenadas por un guión ultra simple.

De carácter netamente progresista, la obra de Burstein levanta las banderas sobre las nuevas formas de relacionarse de los jóvenes, si es que realmente hablamos de nuevas formas. Por allí se dice que no es cuestión de pasta, que determinados grupos musiclales lo valen al margen de su anonimato en la fama. En cierta forma esta peli invoca esa misma premisa, se disfraza de otra comedia romántica más para demostrar su valía dentro de un mercado...¿indie? Quizás ni ella misma lo sepa, y de todas formas el resultado no resalta por sobre la media puesto que como cualquier otra comedia vive de sus momentos, no del todo, podemos saltearnos quince minutos y la trama no ha cambiado.

Fresca y chispeante, sus limitados pero visibles méritos le han permitido salir del cajón y levantar las banderas progresistas. Yo me anoto a pesar de todo.