A la hora de repartir elogios, no puedo dejar de apreciar que La huérfana explota recursos convencionales, tradicionales, clásicos. Golpes de efecto una y diez veces vistos, amagues típicos de cinta de género complementados, eso sí, con una cámara nerviosa, curiosa, que muestra más de lo que debería mostrar pero a la vez ignorando lo que los personajes y el espectador ignora.
Vale resaltar actuaciones correctas, ningún acople, ni siquiera por parte de los extras. La huérfana estudia y logra expresar magníficamente una puesta en escena en donde la oscuridad funciona junto con la intriga y la trama, no actúa como mero adorno. La huérfana explota su papel de peli pseudo policial, en donde las vueltas de tuerca están aseguradas.
Por último, y quizás lo más destacable de esta peli: no solo su facilidad para sorprender desde lo conocido sino para crear a su alrededor un contexto verosímil, sugestivo. El ojo enjuiciante no solo recae sobre la nueva hija sino que se pasea por cada carácter, sobre cada relación dentro de esa familia tan numerosa como singular desde sus planteos.