Se sabe que Lars Von Trier se exita haciendo sufrir a sus personajes, pero esta vez se le tiene que agradecer, realmente la interpretación de Bjork me resultó conmovedora y dura, el ambiente sórdido y muy bien estructurado, reflejado en aquellos musicales salidos de las tinieblas, coreografiados por obreros que parecen muertos vivientes; esta vez el danés acertó, ya que logra que nos acerquemos al personaje y que nos infunda lástima e impotencia, una niña grande con un destino trágico en un mundo adulto y deshumanizado, donde ya nadie sueña ni tiene fantasias; el final es exagerado, y aquí es donde aflora su vena sensacionalista innata, pero esta vez si hay un argumento que la sustente, por lo que la cinta resulta atractiva e intensa.