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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
9
Drama Ester, su hermana Anna y su sobrino Johan atraviesan en tren un país extranjero y sombrío, probablemente en guerra. Los tres vuelven a casa, pero tienen que interrumpir el viaje y detenerse en una ciudad a descansar en un oscuro y destartalado hotel, ya que Ester, que sufre una crisis vital, se ha puesto enferma. Mientras Ester trata de reprimir la atracción sexual que le inspira Anna, ésta sale en busca de sensaciones que la liberen ... [+]
7 de junio de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente los que hayan escrito la crítica a esta película se enfrentan a una de las críticas más difíciles de todo Filmaffinity; al menos, después del visionado de esta cinta tan críptica, da esa sensación.

Está considerada dentro de la trilogía de el silencio de Dios y de las tres es la más perturbadora, tanto que marca un antes y un después en el cine de Bergman. Personalmente, mi favorita es “Los comulgantes”, la más directa, más simplificada, pero de semejante dureza implacable, aunque ésta tiene algo distinto, especial, intangible.

No sé si Bergman buscaba deliberadamente la polémica, pero viendo “El silencio” casi 60 años después, era seguro que se iba a dar de bruces con los sectores más conservadores; de hecho, en España no se estrenaría hasta 1975.Era demasiado la escena de la masturbación, la pareja en el cine, o los desnudos de Gunnel Lindblom. Pero reducir la perturbadora experiencia estética de “El silencio” a ello, sería, más que injusto, clamorosamente erróneo.

Bergman ahonda en la falta de comunicación humana, la soledad, la alienación personal, el vacío moral e incluso la enfermedad, arrancando la sustancia dramática al máximo. Los primeros 45 minutos se caracterizan por la prácticamente ausencia de diálogos. ¿Por qué tan pocos diálogos? Contesta el propio Bergman:
“Quería que “El silencio” fuera una experiencia cinematográfica pura en la que las imágenes hablaran por sí solas … La preocupación básica era dramatizar la gran importancia de la comunicación, de la capacidad para sentir. No tiene que ver con Dios o su ausencia, sino con la fuerza salvadora del amor. Ambas hermanas son incapaces de dar o recibir amor”

La confrontación psicológica de dos hermanas muy diferentes es total. La acción se sitúa en un país extranjero, para reforzar la sensación de aislamiento, con un idioma intraducible ni siquiera par una traductora como Ester.

Timoka, la ciudad, en estonio quiere decir “perteneciente al verdugo”. En medio de las dos está Johan, el hijo de Anna, que no encuentra su lugar en ninguna parte. Sus paseos por un hotel fantasmagórico en el que sólo parecen morar unos enanos españoles, refuerzan su sentimiento de soledad e incomunicación. El único que parece hacerle caso es el mayordomo del fantasmagórico hotel, acaso una representación de la muerte. Enseña sus fotografías a Johan, entre ellas un funeral, pero Johan se deshace de ellas, escondiéndolas bajo una alfombra. El ambiente es de pesadilla más que de sueño.

El único punto de entendimiento de las hermanas parece ser la música, música de Bach.

No puedo dejar de mencionar a Sven Nykvist, fotógrafo de la mayoría de sus filmes, después dirigiría sus propios films. Un auténtico maestro perfilando estados de ánimo con sus luces y sus claroscuros.

En el cine de Bergman encontramos muchas preguntas. No es una película fácil de digerir, pero su temática, su técnica y su capacidad para provocar sensaciones al espectador está fuera de toda duda. La capacidad de influencia de Bergman en otros cineastas es incuestionable.

Película dura de ver para el espectador, difícil de digerir, más aún de entender. Que nadie espere una respuesta inmediata. La respuesta, claro , no está en las palabras, sino en lo visual.

Una película distinta de todo lo que se había hecho. Rompedora. Incuestionable obra maestra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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