Sorprende que la mayoría de las críticas no hayan sabido captar la misma esencia -en mi opinión- del film. Puro Tarkovski, si lo conocéis. Obviamente no es cine fácil. Genial desde todos los puntos de vista. Un preadolescente cuestionándose el más allá, la fe, la vida, su origen y evolución, la muerte...Con una afectividad a punto de estallar, rota, sin saber qué le está aconteciendo. La amistad con los hermanos, el cariño del padre -protestantismo puritano con la moral del éxito, que es la señal del bendecido por Dios-; el despegar de la vida y la pérdida de seguridades de un mundo infantil. El bien y el mal, el dolor y la fortuna. El libro de Job y la desgracia. Y, sobre todo, la MADRE: una auténtica canonización de la feminidad y la vida. Inexpresable la belleza en la tansmisión de todos estos conceptos por parte de un pensador-artista que ha sabido parar el tiempo para que sintamos lo que él sintió en la pubertad. Sólo si es autobiográfico entiendo que alguien pueda plasmar con tanta fuerza sentimientos tan íntimos. Y, finalmente, tiempo para pensar: silencios. Para intuir a Dios. Algo que Hollywood nunca regala y que requiere un poquito de esfuerzo en el espectador.