Woody Allen acierta de pleno en esta película que nos hace reflexionar sobre la fortuna, esa fortuna a veces tan esquiva con uno mismo y otras veces tan generosa. Cada paso que damos es importante, y cosas que en principio no tendrían mucha importancia pueden ser vitales para nuestro futuro.

Es una buena película desde el principio, por diálogos, actuaciones...todo parece bien encuadradado. Pero realmente lo que eleva la cinta a un nivel superior son los 30 últimos minutos con un desenlace totalmente inesperado digno de Shyamalan. La verdad es que en este tramo final todo lo que se sucede es imprevisible (casi seguro que no sucede lo que piensas en ese momento)

En definitiva, a Woody Allen no se le ha quedado la bola en la red, no sólo ha salvado su match point sino que ha ganado este Grand Slam