A pesar del encorsetamiento de esta película de gánsters, hay que reconocer que Ben Affleck es un director más que bueno (mucho mejor que actor, aunque eso era fácil). Esta historia de gánsters y venganzas no es más que una buena película de género que hará las delicias de los seguidores aunque, con toda seguridad, apenas conseguirá captar la atención del resto. Y ese es el principal problema de “Vivir de noche”: su total y absoluta falta de ambición. No es una gran película, aunque debería. Tiene todo a favor y, no obstante, parece un melodrama de Douglas Sirk rodado en el technicolor de los 60s. De acuerdo, entiendo que Affleck quiera rendir su particular homenaje a las películas clásicas de gánsters. Pero, al menos, al director de “Argo” se le ha de exigir un poco más de riesgo. Porque “Vivir de noche“, a pesar de funcionar, lo hace con el piloto automático puesto durante todo el metraje, sin una sola virguería narrativa, limitándose a plantar la cámara y esperar que funcione por si sola. Y lo hace, aunque podría ser mejor.