A pesar de comenzar como una copia de las películas de acción americana, la indonesia “The Raid” funciona por lo que funcionan las buenas películas de acción: mucho ritmo, excelente dirección y guión sencillo pero funcional. Y lo más sorprendente de todo es que, a pesar de que se le notan todos los trucos y los defectos propios del cine de género de Asia, funciona a pesar de que pasa de ser una copia del videojuego “call of duty” a ser una copia del videojuego “street figther”. Porque su planteamiento es tan sencillo como ese: primero tiros por doquier hasta acabar con el decorado reducido a gravilla y después ostias como panes. Y a pesar de algo tan evidente y simple, la película avanza sin perder el sentido, funciona de maravilla e incluso se permite sorprendentes giros de guión para salir del encorsetamiento del género. Es vibrante, es entretenida a más no poder, es sangrienta en la medida que debe serlo (y lo es: mucho), es buen cine rodado sin más pretensiones que ofrecer un buen entretenimiento. Y lo consigue: un entretenimiento de primera. Muy recomendable para amantes de la acción con estómago a prueba de bombas. Los niños casi mejor que vean un capítulo de Doraemon…