Largometraje inglés basado en la Guerra de Crimea (1854-1856), ante la supuesta amenaza rusa en contra de Turquía, los ingleses realizan una alianza con estos y con los franceses para hacer frente a la potencia del este europeo que va a degenerar en la Batalla de Balaclava en la actual región de Sebastopol en el oeste de la península de Crimea.

La película tiene una división muy marcada, una primera parte en el seno del ejercito inglés que funciona para contextualizar al espectador respecto a las figuras y personajes principales, en este caso hay que prestar especial atención a los altos mandos del ejército o de la brigada ligera de la caballería británica, las rencillas y diferencias entre ellos van a marcar el desastroso desenlace del ataque.

El capitán Lewis Nolan (David Hemmings) retorna a su país luego de combatir en la India, su inclusión en el regimiento de Lord Cardigan (Trevor Howard) no será bien recibida, ya que es un general obstinado, excesivo en sus dogmas y con ideales cerrados, si a eso se le suma que a este se le impone a Lord Lucan (Harry Andrews) su cuñado y enemigo confeso como dirigente de su regimiento el asunto se complica más.

Por su parte, la segunda parte del filme que inicia a la segunda hora de metraje, se compone del viaje realizado por el ejército inicialmente por mar y luego por tierra para adentrarse en el valle donde se van a realizar las batallas, momentos utilizados por el realizador para ir mostrando los errores que seguían cometiendo los ingleses, inicialmente en el traslado por mar, el desembarco y las agotadores caminatas.

Fallecen muchos caballos en el camino y los soldados comienzan a enfermar del cólera, así que sin antes iniciar a combatir ya habían bajas y desmoralización, es maravillosa la secuencia donde comienzan a marchar con la música marcial sacando pecho, con los rostros limpios y el mentón elevado, las banderas ondeando y el armamento encaminado y como en una transición se ven los cuerpos agotados y cayendo por lo pesado del camino.

Hay que mencionar que los créditos iniciales presentan una pequeña introducción animada, a cargo de Richard Williams, así como en el punto medio del filme se retorna al recurso, para mostrar el trayecto del ejército, así como la última escena de la película que se vuelve animada para mostrar los créditos finales, una labor interesante que caracteriza la época victoriana, la revolución industrial y el nacionalismo inglés.

A la trama de la película hay que agregarle algunos pasajes de un par de tríos amorosos que se desencadenan, especialmente el que envuelve a Nolan que se involucra con la esposa de su mejor amigo, su ida a la batalla va a ser un escaparate ideal para una situación que se estaba volviendo más compleja, un poco más banal y hasta irrisoria fue la aventura de Cárdigan con la mujer de uno de sus subordinados.

El guion del filme parte de una investigación realizada por el cuerpo de guionistas compuesta por Charles Wood y Cecil Woodham-Smith, a los que se les suma John Osborne sin acreditar. Importante recalar el muy conocido poema homónimo (1854) escrito por Alfred Tennyson publicado poco más de un mes después de la batalla, que fue utilizado en su momento también como propaganda de la heroica pero a la vez desastrosa batalla.

La película se nota que contó con un enorme presupuesto, la ambientación es perfecta en todo sentido, lo meticuloso del vestuario, el armamento y los uniformes de la época, así como una enorme cantidad de extras en escena, el filme sirve también para visualizar como se desarrollaban los conflictos bélicos del momento, así como la importancia exagerada de los rangos.

Lo que parecía en primera instancia un filme nacionalista británico para honrar la valentía de sus generales en esta batalla, se convierte en una historia totalmente contraria donde se muestran las envidias y rencores existentes en los altos mandos, además de las “clases” existentes dentro del ejército, así como las burdas decisiones que llevaron a muchos soldados a la muerte, que son estos los que terminan sufriendo de primera mano.