Desconocida pero interesante película de la mejor época del cine español, dentro de ese subgénero del que muchos estamos muy orgullosos y que tiene multitud de joyitas: el fantaterror español.

Una película muy intrigante sobre gente que vive en zonas aisladas de las montañas y sus prácticas esotéricas, desde el punto de vista de una pareja que llega a la zona para hacer un reportaje fotográfico, sin saber dónde se están metiendo.

La película tiene cosas bastante buenas, como su ambientación, tan misteriosa y con unos paisajes magníficos, grabados en los picos de Europa. Rezuma misterio y te atrapa con su trama que va desarrollándose léntamente, y ese es uno de los problemas de la película (que también los tiene): la exagerada lentitud de ciertas escenas bastante innecesarias, que a ratos ayudan a mantener el suspense, pero en otros acaban haciéndose pesadas.
Y el otro problema de la película es la oscuridad. Y es que hay mucho, demasiado metraje, grabado de noche, donde a veces tienes que imaginarte lo que estás viendo, y otras directamente es que no se ve nada.

Quitando eso, es una buena muestra de cine sobre brujería, que tiene deja buen sabor de boca, aunque con la sensación de que, con un poquito más de cuidado y alguna gran idea, podría haber salido una película realmente buena.