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Voto de Peter Gabriel 77:
5
Drama. Romance. Comedia Omar, un joven inglés de origen paquistaní, empieza a dirigir la lavandería de su tío con la ayuda de Johnny, un antiguo compañero de clase, el típico hooligan inglés que no quiere trabajar y se dedica a amenazar a los inmigrantes. Además de dirigir la lavandería, Omar y Johnny reanudan la amistad que los unía cuando eran estudiantes. Su relación de amantes profundamente enamorados escandaliza a sus respectivas familias. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2010
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo debo de haberme perdido algo, o quizás venir de caminar bajo la lluvia durante una hora ha sido un escollo insalvable y debiera haber esperado un tiempo prudencial para afrontar algo así, pero este engendro de Frears, cuyo visionado había pospuesto hasta ahora en lo que ha acabado por ser todo un alarde de sensatez por mi parte, esquivando esa carátula durante lustros en los videoclubs, me ha parecido un completo espanto. Nominada al Oscar al mejor guión de ese año. Cuerpo a tierra, que disparan con bala. Aunque ojo, ese año la acompañaba en las nominaciones Cocodrilo Dundee. Lo de la coca fue terrible en los 80, la de cerebros que frió. Finalmente unas pocas neuronas supervivientes debieron capitanear una revuelta y acabó por llevárselo Hannah Y Sus Hermanas, pero el mal ya estaba hecho. Exito de crítica, cosa que puede llegar a entenderse por una cuestión de snobismo, por los ingredientes que maneja, esas gotas de homosexualidad que la embadurnan y que no aportan nada, ni a personajes ni a historia ni a trasfondo social, y el retrato de una época: la Inglaterra tatcheriana, que azotó a la inmigración y a las clases sociales más bajas, clases sociales que protagonizan la función en la forma de los dos protagonistas, un pakistaní arribista con grandes planes y un delincuente que se sube a su chepa. Pero es que también fue un éxito de público, y aquí yo ya, sinceramente, me pierdo para no encontrarme. Llama profundamente la atención la total ausencia de química de los dos protagonistas, por mucho que beban el champán el uno de la boca del otro, y un montaje nefasto que acaba por exasperar. Lo único que la mantiene a flote es la presencia de Daniel Day Lewis y cierta estética, que me recordó tremendamente a otro engendro que engullí en aquellos añorados días de videoclub, Londres Me Mata, y que acabo de comprobar que fue dirigida por el mismo hampón del celuloide que perpetra aquí el guión. Por lo demás, un completo desaguisado. Pero la sorpresa viene al comprobar que Golfo, que últimamente riega sus tangos con el séptimo arte con algún tipo de alcohol de una graduación prohibitiva, cuando la vio hace un tiempo la calificó de interesante, admitió a regañadientes el perfil criminal de los implicados y finalmente le calzó un esplendoroso siete, Golfo, que los vende caros.
Ahora sí, Coroneeeeeeeeeeeeeeeel Tejeeeeeeeeeeeeeeero.
Peter Gabriel 77
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