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Voto de Manolito Gafotas:
9
Romance. Drama Un hombre y una mujer se conocen en un pequeño pueblo italiano del sur de la Toscana. Él es un escritor inglés que ha ido para dar una conferencia. Ella es una galerista francesa. (FILMAFFINITY)
11 de noviembre de 2010
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Copia certificada, la última película de Abbas Kiarostami y la única que no ha sido rodada en Irán, es una invitación a abandonar términos como fondo y forma que no hacen justicia a la naturaleza del cine. Podrían estos ser sustituidos, por ejemplo, por guion textual y guion visual, o cualquier otro concepto que equipare ambas texturas, dejando atrás la anticuada idea de que la una sirve de vehículo expresivo de la otra. En este filme, uno de esos casos a celebrar, los «dos guiones» se respetan y se invaden mutuamente en favor de un proyecto común. Así ocurre, por ejemplo, cuando los protagonistas abandonan el café y la convención del vínculo un actor-un personaje cede ante la unidad espaciotemporal o, dicho de otro modo, cuando Juliette Binoche y William Shimel comienzan a deslizarse entre la psicología y el arquetipo, entre su presente y su pasado, entre su historia y la de todos los demás matrimonios.
Desde su mismo título la película dialoga, sobre todo, con Viaggio a Italia (Te querré siempre) de Rossellini pero también con La noche de Antonioni y, en menor medida, con el díptico de Richard Linklater Antes del amanecer y Antes del atardecer. Pero la reflexión sobre la legitimidad y el poder de la copia trasciende la intertextualidad fílmica y se constituye como eje temático que va desde el ensayo artístico, a la teoría amorosa o la reflexión posbabélica, capas de significado solidarias que se funden brillantemente gracias a juegos visuales y planos muy logrados, como la escena del coche en la que los protagonistas desaparecen alternativamente tras el reflejo de la ciudad o la charla con los turistas.
Kiarostami realiza un salto al vacío con las transiciones temáticas, los diálogos voluntariamente inverosímiles, la densidad conceptual o la fragmentación del personaje, pero logra materializar la acrobacia en estatua, quizás para la posteridad, gracias a la fuerza de sus ideas, a la argamasa visual y a dos interpretaciones –especialmente la de Binoche- arriesgadas, que se miran a sí mismas y al espectador, que copian otra interpretaciones y se reinventan a cada instante; como la propia película.
Y un último guiño: Copia certificada solo admite ser vista en versión original, pero en todos los países los diálogos irán acompañados de su copia en subtítulos.
Manolito Gafotas
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