Al pensarlo, me parece que la mejor manera de definir Amélie es como:
- una de esas obras de arte que nos catapulta a mirar al universo desde una perspectiva completamente distinta. ¿Cómo? A través de una de las cosas más bellas que puedo concebir: sacando a relucir el encanto que se esconde detrás de una dulce chica (interpretado por A.Tautou) y que le proporciona un cierto encanto de fantasía al mundo (a través del particularísimo enfoque Jeunet), y...
- una historia que (simultáneamente con lo anterior) logra el gran mérito de salvarse de caer en la incoherencia y mantener su solidez por: la vida ordinaria que llevó la protagonista que no la hace nada especial (como un e.t.), por los personajes y la realidad circundante en los que podemos encontrar las mismas soberbias, las mismas tristezas y los mismos problemas que en nuestra vida. Algunos son ciertamente simbólicos y metafóricos, como el vecino "hombre de cristal"...
La película es tremendamente artística: desde el manejo de la fotografía, la imagen, la dirección de cámara, el montaje y los algunos efectos especiales que aparecen.
Todo, complementado además con una musicalización deliciosa de Yeann Tiersen que enmarca las escenas en una atmósfera mágica. Invitándonos, v.gr., a la serenidad de una belleza apacible, con melodías tan cautivadoras como "Comptine Dun Autre Ete" o "La Valse D'amelie"; o a imaginar al mundo como un carrusel o una feria por otros momentos (en lo que podés encontrar de todo)...
En suma, una película, muy recomendable. ;)