En las primeras líneas de esta crítica debería hacer algo así como definir la absoluta perfección de un estilo. La delicadeza, la sencillez y la sutilidad de una dirección artística. La medida composición fotográfica. Las creativas actuaciones. El poderoso concepto, y aquí, en el poderoso concepto comenzar a dibujar una explicación más en detalle, porque cuando se accede al concepto de 'Nostalgia' o 'La Nostalgia' se accede de pronto al significado de la obra en sí, y también así en su búsqueda. He leído otras críticas que hablan de un film críptico, lento, incluso residual, estos conceptos hacen justicia, pues son más bien herramientas para vislumbrar y dar a conocer un concepto, que es sentimiento tan profundo que de ninguna manera se puede responder, ni corresponder con una suma de uno más uno pues daría igual a uno, y creo que algunos ya puede entender por donde voy. 'La Nostalgia' ha de explicarse a través del uso del color y un perro, o no se puede explicar, a través de viejos artículos de coleccionista, o no se puede explicar. 'La Nostalgia', para Andrei Tarkovsky no es un anhelo de hechos del pasado, ni de un reino perdido, si no la necesidad de un reino que aún está por conquistar, desde la fraternidad de los pueblos, y desde la poesía del ser.