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Costa Rica Costa Rica · San José
Voto de Daniel Calderón:
9
6,5
2.940
Animación. Drama. Fantástico Kun, un niño mimado y consentido de cuatro años al que sus padres dejan de prestar atención cuando nace su hermana Mirai, empieza a sufrir situaciones en casa que nunca había vivido. Pero entonces, la versión adolescente de su hermana viaja en el tiempo desde el futuro para vivir junto a Kun una aventura extraordinaria más allá de lo imaginable. (FILMAFFINITY)
24 de diciembre de 2019
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La temática de las películas anteriores de Mamoru Hosoda, entre ellas está “El niño y la bestia” (2015) y “Los niños lobo” (2012), ha girado mucho en torno al aspecto de la infancia como una etapa primordial en el desarrollo físico y más que todo espiritual y emocional de cada persona. Y con “Mirai: Mi pequeña hermana”, Hosoda logra transmitir ese aspecto tan fuerte sobre los niños y cómo estos entienden el mundo que los rodea y logra con ello llenar de sentimiento cada fotograma.
En esta ocasión la trama nos presenta a Kun, un niño de 4 años que vive de forma maravillosa con sus padres siendo consentido por ellos. Sin embargo la cosa cambia cuando nace su hermana Mirai, esta le quitará toda la atención de sus padres. Lleno de celos y desconcertado, Kun se refugia en llorar y llorar para así ser tomando en cuenta. No obstante, en medio de esa situación, llega su hermana Mirai adolescente, la cual ha viajado en el tiempo para encontrarse con él y así vivir momentos excepcionales que Kun ni se imaginaba.
Lo bueno de la película es la presentación que formula acerca de la familia ya que muestra la vida diaria, las discusiones, las alegrías, etc. Es decir muestra la vida común de toda familia, por tanto logra conectar por esa parte con el espectador. En el filme gracias a la aparición de Mirai versión adolescente, Kun logra comprender cuál es su lugar y por ende, nosotros jugamos un papel parecido, ya que nos hace reflexionar mucho. El guión trabaja, gracias a la técnica de saltos en el tiempo, valores como el respeto, el amor, la honestidad, la paciencia, entre otros.
La calidad estética es impresionante. La animación es tradicional pero en momentos hace mezcla con otro tipo de dibujos que realmente impresionan. La paleta de colores utilizada es grandiosa y bastante variada, esto logra darle vida y vigor a todas las aventuras relatadas.
Unido también a esto se encuentra la maravillosa partitura musical por parte Takagi Masakatsu, que llena de emoción y poesía cada diálogo, cada acción. Hay que decir que es bastante atinada.
“Mirai: Mi pequeña hermana” es cine del bueno y a pesar de ser animada, es un producto de carácter universal, es decir, que gusta a los pequeños pero también a los grandes y serán estos los que le saquen más el jugo a esta fabulosa historia que permite adentrarnos en la familia y cómo esta sea como sea es necesaria y nosotros siempre vamos a pertenecer a una.
Daniel Calderón
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