Película protagonizada por Nicolaj Coster-Waldau ("Dioses de Egipto", "Juego de tronos") y Annabelle Wallis entre otros, un thriller de venganzas que si bien tiene un empiece interesante y te mantiene en tensión por averiguar quién es el asesino, no es capaz de sostenerse durante todo el metraje, debido a un planteamiento que ofrece bastantes incoherencias argumentativas, provocando que perdamos el interés por ella poco a poco.
Una película que me interesó ver debido al buen reparto que tiene y a la trama más que emocionante que tenía, pero la verdad que una vez haberla visto, tengo que decir que es una más del montón, la clásica película de un asesino en serie disfrazado por el bosque y que un padre se quiere tomar la justicia por su cuenta, pero con la diferencia de que su guion no ofrece apenas emoción, con un Coster-Waldau que se pasa más de la mitad de la película perdido y hasta con una copa de más, haciendo que su personaje poco a poco te vaya importando menos, pero sobre todo el problema que tiene la película es en encajar todas sus piezas, haciendo que haya demasiadas escenas incoherentes y que no se dan respuesta, como la actuación en determinados momentos de la agente de la policía, el mismo protagonista en situaciones claras para hacer una cosa determinada que acaba haciendo otra que no entiendes o hasta el mismísimo asesino que no sabes ni el porqué hace los asesinatos, el caso es que el espectador está atento a la película simplemente para saber quién es el asesino, una revelación que al menos no me la esperaba y no me disgustó. Pero creo que hay demasiados motivos para decir que aunque es un thriller medianamente entretenido, sobre todo para saber quién es el asesino, sus personajes no te importan demasiado, debido a un guion algo soso y con demasiadas incoherencias narrativas, con una historia trillada, quedándose simplemente en un thriller pasable, que una semana después casi la tengas borrada de tu memoria.