Así es como Daniel Espinosa rueda este thriller clásico. Y digo clásico, porque contiene todos los elementos y tópicos para ser uno de esos thrillers. Engaños, CIA, agentes encubiertos, tiroteos y persecuciones. En definitiva, nada nuevo bajo el sol exceptuando un Denzel Washington que como de costumbre se mueve como pez en el agua, junto a un Ryan Reynolds que cumple lo que se le pide.
No vamos a ver el thriller del año y eso se adivina en cartel, pero sí uno bien rodado y que se apoya en los pilares básicos. Eso podrá defraudar a algunos, y dejar buen sabor de boca a otros. Yo me encuentro entre los segundos simplemente porque sé lo que voy a ver. Un thriller con empaque que no sorprende, pero agrada a la vista y entretiene.

Parece ser que Espinosa conoce las delicias del género, y lejos de meterse en matojales de los que luego pueda ser difícil salir airoso, presenta una trama comvencional. Acción donde tiene que haberla, y vueltas de tuercas las justas y necesarias. Se agradece de alguna manera que no arriesgue demasiado porque el peso lo tienen los actores, destacando Denzel muchos enteros por encima de Reynolds, en este caso la veteranía es un grado.
Lejos de ser ambientada en ciudades de renombre en los USA, se opta aquí por algo más exótico, como es Ciudad del Cabo. Se agradece también no ver el Obelisco, o la Casa blanca, tan reutilizados en este tipo de largometrajes. También el espectador se verá agasajado por combates cuerpo a cuerpo que llegan a doler, al más puro estilo Bourne. Eso siempre ayuda bastante.
Con todo, y secundado por Reynolds y un estupendo Brendan Gleeson como casi siempre, da gusto ver a Denzel haciendo de agente de vuelta de todo y maestro en artes, El papel le viene como anillo al dedo y no creo que tuviera que esforzarse demasiado. Incluso puede recordar a clásicos como Training Day en algunos momentos. La presencia que transmite Washington la presentan pocos actores y él lo sabe. Así que a Reynolds no le queda más remedio que relegarse a un segundo plano, a pesar de ser más protagonista en la trama, o al menos, estar enfocado para ello.
Es vuestra película sin duda si amáis a Denzel, las tramas de agentes secretos con giros finales aunque sean poco sorprendentes, y las secuencias de acción y persecuciones. Más que correcta en su ejecución, y siempre es un placer ver trabajar al actor de color con la mejor sonrisa de Hollywood.
Ahí queda eso.