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Voto de Miguel Moreno:
5
Terror. Thriller Remake de la película "La última casa a la izquierda", dirigida por Wes Craven en 1972. Mari Collingwood llega con sus padres a la casa que tienen junto al lago para pasar unos días. Esa misma tarde, saliendo por la zona con su amiga Paige, ambas son secuestradas por Krug, un psicópata que ha escapado de la cárcel, y sus compañeros, su perturbada novia Sadie, su sádico hermano Francis, y su anulado hijo Justin. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este remake de la cinta original de Wes Craven se erige como una de las propuestas de terror más interesantes de la cartelera, que además se ve afectada por una seria seqúia en su género al igual que de calidad.
Sin entrar a compararla como debería con la original, que además no he visionado y que según dicen resulta más desagradable y dura en sus escenas que ésta, Dennis Iliadis compone una historia de venganza ya contada anteriormente con suficientes ingredientes como para al menos, interesarte por ella. Varios puntos posteriormente harán que la cinta haga aguas bastante antes de lo esperado.
El elenco de actores es correcto y la película se vale de algunas escenas realmente duras para provocar en nosotros ese deseo de venganza que se verá cumplido finalmente. Muchos han tildado las escenas mas cruentas de prácticamente insoportables (me pregunto si han visto la repugnante escena mas famosa de Irreversible, de Gaspar Noé, la cual me hizo apartar la mirada y aún la recuerdo con desagrado) pero ahí reside fundamentalmente su esencia, en una venganza sin cuartel y una lucha por la supervivencia.
Las interpretaciones sin embargo no se libran de clichés, donde los malos son malísimos en todos y cada uno de sus gestos, y las sangre no se corta en aparecer abundantemente.
Estoy seguro de que los puristas pondrán el grito en el cielo tras este remake, aún habiéndome informado de que la original tampoco rezuma calidad por sus cuatro costados, pero sí entretiene en su desarrollo, aún sabiendo cómo va a terminar todo sin temor a equivocarnos.
Lástima que una escena final absolutamente sobrante y absurda, aunque necesaria para calmar nuestra sed de venganza, y algunos pasajes demasiado alargados empañen el resultado final. En definitiva, los estómagos menos sensibles tolerarán su violencia sin tapujos, y los estómagos más sensibles todo lo contrario. De todos modos, me quedo como casi siempre, con el mensaje:

Es la venganza necesaria tras un acto irremediable? ¿Y hasta dónde podemos llegar para consumarla? la respuesta la tenéis en la cartelera.
Miguel Moreno
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