La obra de Haneke es muy variada, siempre rueda cosas que cualquier otro director no se atreve a hacer, quizás por la libertad de ser independiente y no tener ataduras de una productora potente. Su cine no gusta a todo el mundo porque suele ser duro, sin concesiones y siempre pequeñas películas sin fuegos de artificio.
En este caso se atreve con un tema delicado, el Alzheimer y la repercusión en la vida familiar y personal, pero lo hace de forma minuciosa, sin hacer una película lacrimógena y cuidando al máximo todos sus detalles. Poco a poco nos introduce detalles, sin necesidad de contarnos explícitamente las cosas, pero aunque en la parte final se produce un giro sorprendente, este ha sido calculado minuciosamente en ese magnífico guión, que no deja ninguna cosa suelta, solo muchas cosas para reflexionar.
La fotografía es impresionante, conocemos la casa desde todos los ángulos, nos encontramos con los momentos en que dos personas están sentadas hablando y opta por mostrarnos la imagen desde dos puntos de vista diferentes:
- Cuando es algo importante vemos a la persona que habla de cerca y a la otra de espaldas o perfil.
- Cuando nos muestra una conversación menos importante, vemos a los personajes desde más lejos, viendo al que habla y al que escucha, de forma distante como indicándonos que eso va a tener menos importancia para alguno de los personajes.
El maquillaje está muy bien, vemos el proceso de envejecimiento de los dos protagonistas, pasando desapercibida que su aspecto ha sido retocado.
Tanto la dirección como las actuaciones son muy buenas, podemos ver a Emmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant actuar como si realmente tuvieran esos problemas, que realmente no los tienen en su vida personal y se meten totalmente en ese papel tan complicado sin necesidad de hacer una actuación exagerada, sino de forma natural. Además cuenta con Huppert, en un papel muy secundario, pero que expresa mucho sus pensamientos en esas conversaciones con su padre.
La única cosa negativa es que la película cuenta con ausencia casi total de música, reconociendo que los momentos en donde está tiene lógica con el argumento de la película.
Entiendo que en este tipo de películas es complicado conseguir el tono adecuado para la música, siempre es mejor quedarse corto que pasarse y estropear lo que vemos con sonidos exagerados.
Nada más que opinar sobre esta verdadera obra maestra, sensible, pero al mismo tiempo dura, que mantiene unos tiempos adecuados para contarnos esa historia, todo debido a un buen guión y montaje.
La película nos cuenta el amor que sienten dos personas que llevan toda la vida junta, no saben vivir uno sin el otro y vemos como Trintignant promete a Emmanuelle una serie de cosas que está moralmente obligado a cumplirlas, cree en ellas y se enfrenta con todo esto a su hija y todo el mundo que se oponga en este camino.