Uno de esos cortos de los orígenes del cine que, sorprendentemente, se sostiene muy bien. Aparentemente está basado en el cómic homónimo que escribió y dibujó el mismo director del corto, y si en calidad es parecido me daría mucha curiosidad leerlo: seguramente sea una reliquia de su época que a nadie se le ocurriría publicar hoy en día por su simpleza, pero como legado se trata de una película bien bonita visualmente (las caras de los personajes, los movimientos de la casa...), brillantemente animada si tenemos en cuenta que es el año 1921, y hasta me ha parecido que tiene gags divertidísimos, con algunos chistes de humor bastante negro. Son 11 minutos que se pasan volando (ba dum tss), un entretenimiento sano y fantástico para amantes del cine y la animación.

Pero tal y como me pasó con The Last Bomb, ese mediometraje propagandístico bélico con secuencias muy parecidas a las de Star Wars, he decidido escribir una crítica a The Flying House solamente porque me ha llamado la atención su argumento. La parte externa no, simplemente es un matrimonio que se va a la cama tras haberse comido algo muy picante y temen que les produzca pesadillas, lo cual acaba sucediéndole a la mujer. Muy simple, pero lo que me ralla es el sueño en sí: resulta que al marido lo acosan las deudas, y ha recibido un aviso de que va a ser desahuciado y venderán su casa. ¿Solución? Construir un mecanismo con el que convertir su casa en una máquina voladora con la que no les encontrarán nunca. Así la pareja sobrevuela los cielos causando accidentes, visitando el espacio, conociendo a un científico loco*... ¿No os suena de algo un poco este concepto? Llamadle loco y paranoico, pero querría saber cuánto de este corto tomó Pixar de inspiración para su éxito Up, una aventura de altura, donde el prota consigue que su casa vuele para mudarse y vivir en paz y armonía. Es lo más curioso de este tipo de cortos: descubrir que, quizá, ha podido ser una influencia mucho más relevante para la industria del cine que ser un corto perdido de Vimeo con apenas 60 votos en FilmAffinity. Solo por eso valdría la pena echarle un ojo, y si encima os digo que es genuinamente un corto decente, pues eso, que es absolutamente recomendable.