Un traficante de marihuana se crea una familia ficticia con una stripper y dos jóvenes. Esto forma parte de su plan para pasar un gran cargamento de droga desde México a Estados Unidos.

Comedia, road movie, locura, desenfreno, drogas, sexo, problemas familiares, amor, peligro, gags cómicos, sinceridad, etc…
Atributos que cualquier aficionado al séptimo arte reconocería en la gran mayoría de las comedias que se perpetúan en los Estados Unidos. Los elementos suelen ser los mismos, las bromas suelen tener matices interesantes que ayudan a que el espectador siga atento a la acción y la historia casi siempre sigue los mismos arquetipos de diseño en la trama.
“Somos Los Miller” es más de lo que ya has visto en decenas de películas del género. Hay risas, hay carreras, hay locura, hay situaciones picantes, hay música y hay situaciones para llevarse las manos a la cabeza.

Si tuviéramos que comparar cada nueva cinta cómica que sale con todas las anteriores que ya se han hecho, pocas o ninguna tendrían nada de original, pero ahí está la capacidad del crítico de cine de analizar cada película de forma independiente (ya provenga de un cómic, de una novela, sea un reboot o contenga innumerables guiños a otras cintas), sin fijarse en esos detalles, sino centrándose en lo importante, en la calidad de cada una de las partes del film por separado y en conjunto.
En este caso, “Somos Los Miller” cuenta con un guión típico, como hemos comentado más arriba, personajes con un carácter determinado y sin muchos preámbulos a la hora de presentarlos, el tonto, la rebelde, el ‘pringao’ y la más calentorra del grupo. Desde el mismo instante en el que vemos por primera vez a cada uno de ellos, ya sabemos qué papel desempeñará en la historia, cuáles son sus emociones y sus problemas y que deberían hacer para solucionarlos. Sin embargo, el guión tiene sus momentos de lucidez, y es que no se trata de una simple historia del montón para atraer a los espectadores al cine y hacer caja, se percibe cierto interés y cariño al hacer la historia, y eso, es algo que se nota a medida que va avanzando la película.
Como señalo, sin llegar a ser nada del otro mundo, el guión es correcto, y cumple su función a las mil maravillas, algo parecido ocurre con el director Rawson Marshall Thurber, dirección correcta, sin complicaciones, atañéndose a las especificaciones del género, tanto de la comedia como de la road movie. Si una fórmula ha sido reutilizada tantas veces y aún así funciona, ¿para qué cambiarla y arriesgarse con una dirección más personal? Una postura totalmente válida para analizar la cinta y la dirección del estadounidense. ¡Vayamos a otra parte!

En el reparto observamos algo que ofrece un pequeño plus para la cinta en comparación con otras. Ese algo, más bien alguien, es Jason Sudeikis, actor que ha trabajado ya en decenas de comedias y se conoce los entresijos de este género a la perfección. Su interpretación es la más sobresaliente de todo el conjunto, aunque buena parte de ese reconocimiento lo merece Guillermo Romero, increíble doblaje del español a la hora de ponerle voz al personaje de David Clark. Sudeikis se come la pantalla desde las primeras secuencias dejando por los suelos las interpretaciones de sus acompañantes, y es que, salvando a unos correctos Will Poulter y Jennifer Aniston (está última excesivamente raspada en gran parte por el papel que interpreta, que no tiene excesivos matices o situaciones interesantes más allá del simple hecho de hacer de stripper), el resto de secundarios de la película es flojo y desde luego exasperante. Horrible interpretación de Ed Helms, que viene arrastrando malos trabajos desde que la trilogía de “Resacón” comenzó su declive, de forma suave en la segunda entrega de la franquicia.
Por consiguiente obtenemos un resultado final en el apartado actoral, correcto, Sudeikis salva un reparto plagado de errores, y en definitiva sólo podemos fijarnos en su más que notable trabajo.

En el apartado estético tenemos una tercera gran referencia a las películas del género, obviando los ya comentados del guión y la dirección, la fotografía y la dirección de producción son el último elemento de esta cadena de bases de las comedias.
Planos generales de las carreteras para mostrar el trayecto de una localización a otra. ‘Música de viaje’ por denominarla de alguna manera, extras esporádicos que pasan sin pena ni gloria por la historia, movimientos de cámara suaves y limpios y una larga lista de etcéteras que ya hemos visto en muchas producciones.
¡Pero espera! Precisamente al inicio de la crítica hago hincapié en el hecho de no referenciarse en otras películas del mismo estilo. Al final es inevitable no sacarle puntilla a esto o aquello, pero es una costumbre que se debe mantener al mínimo. En este caso, y dejando a un lado esos no tan pequeños detalles, hemos de aclarar que cada escena está perfectamente ubicada en la historia, sin riesgos, pero de forma concisa. Las tomas generales, los primeros planos, la música y los efectos especiales más que correctos para una road movie están bien encajados y transmiten de maravilla la historia. Otra más para la colección. Otra más para entretenerse.

“Somos Los Miller” pasa la revisión por el blog con una nota de 6/10. Una cinta agradable, sin excesivos añadidos que pierdan al espectador de la acción real. Una actuación notable, varias mediocres, típica dirección, típico guión, típico apartado técnico. Una película más para pasar una agradable tarde en compañía y disfrutar de más de hora y media de divertidos gags y bromas. Al final, pasarás más por alto sus defectos que sus virtudes, y eso, es de agradecer.

Lo Mejor: El doblaje en castellano es notable y añade enteros a la película.
Lo Peor: El humor soez, basto y rancio que se apodera de la cinta en algunos momentos.

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