17 de enero de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la Iglesia abandona sus filos berlanguianos y decide convertir 'Muertos de risa' en una suerte de Billy Willder alla spagnola: dos payasos enfrentados son, básicamente, la bufonada de historia del país de fondo y su mejor síntesis.
La película está sostenida en la inteligencia de su cast, que pasa de un Segura altamente contenido como humillado perpetuo y un Wyoming como canallita despreciablemente aceptable. Hay muchos temas bosquejados, pero de todos modos, Muertos de risa es negra, enérgica y nunca aburrida. Álex Angulo provee un secundario memorable como la figura intermediadora entre los dos cómicos unidos por su leve antagonismo.
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