Cinta de un bohemio que dedica su vida a caminar por el alambre en lugares grandiosos y prohibidos. Será por buscar metas absurdas en este mundo absurdo, será por buscar la fama (lo más seguro) o será porque de verdad siente esa necesidad de expresión ante el mundo.

Los diálogos, tremendamente empalagosos, apastelados, sensibleros, emotivos y poco creíbles, no consiguen transmitir al espectador en absoluto esa necesidad que siente el grupo de realizar ese sueño, el de cruzar sobre un alambre las Torres gemelas. Todo resulta artificial y muy exagerado: la idea en el dentista, el planteamiento, la burla de la seguridad, los problemas finales…

Lo peor sin duda son los comentarios de la novia del protagonista, es un buen ejercico de paciencia y estoicismo ser capaz de escuchar todas sus intervenciones y observar sus expresiones faciales; los llantos del amigo de pelo blanco también ayudan.

Espero que no tomen ejemplo los trepadores de edificios o los que se tiran en paracaídas.


Pos data: me parecen fascinantes el mundo del circo, todas las formas de arte, las diferentes formas de expresión y así como muchas excentricidades que nos hagan reflexionar sobre este mundo y hacerlo más llevadero; pero hay que saber transmitir estes valores sin hipocresía; y creando esta cinta mala para conseguir fama, creo que es un capricho caro.