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Voto de John Dunbar:
8
Serie de TV. Acción. Drama. Bélico Serie de TV (2013-2020). 6 temporadas. 89 episodios. Narra las aventuras del héroe Ragnar Lothbrok, de sus hermanos vikingos y su familia, cuando él se subleva para convertirse en el rey de las tribus vikingas. Además de ser un guerrero valiente, Ragnar encarna las tradiciones nórdicas de la devoción a los dioses. Según la leyenda era descendiente directo del dios Odín. Sexta temporada (SPOILER DE LA 5ª): La temporada 6 de Vikings ... [+]
5 de octubre de 2022
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sombra de la mítica serie de HBO es muy alargada y cuando había cumplido ya sus dos primeras temporadas de vida y vislumbraba, con una incipiente y fiel audiencia bajo palio ya, un futuro muy prometedor, nació esta producción principalmente irlandesa que, no hay que negar la obviedad, siempre estuvo un poco a esa sombra de la primera. La temática y mucho más el modo de afrontarla han tenido la culpa de toda comparación. Sin embargo, la serie que profundiza en la apasionante cultura nórdica y sigue la pista de Ragnar Lothbrok como uno de los vikingos más populares, así como de su familia y coetáneos y las incursiones de éstos en Inglaterra o Francia, ha contado con la virtud o el defecto desde su partida del factor realidad, una responsabilidad siempre autoimpuesta a la que te terminas debiendo. A pesar de esto, la línea que separa esa realidad de la ficción se difumina a lo largo y ancho de toda la serie, siendo variadas y hasta grotescas las diferencias históricas contadas con demasiado libre albedrío de las que sí se tiene constancia. Por tanto, la disección completa entre una y otra se puede realizar con datos muy esclarecedores de los factores narrados más importantes. En otros, puede que no tanto, los registros que se tienen, no solo del personaje principal y sus descendientes, sino prácticamente de la historia vikinga con fidelidad de nombres, fechas y demás, no abundan en precisión como de otros imperios o culturas, siendo entremezclados con los escritos oficializados con posterioridad difundidos a través de la expresión oral a lo largo de varios siglos, legados en una tradición algo parecida al romancero español.

Con este tejido de luces y sombras en pugna con la veracidad, la serie tiene una predisposición, con bastante intención malsana por desgracia hay que decir, a entrelazar lo que es verdad de lo que no lo es. Saltos temporales incongruentes y otras muchas incoherencias significativas plagan la producción en sus seis temporadas. Independientemente de ello, sigue los pasos desde finales del siglo VIII y da a entender una indefinición temporal a lo largo del IX, de Ragnar Lothbrok, campesino nórdico que vive junto a su mujer Lagertha y sus hijos en la aldea vikinga de Kattegat regida por el conde Haraldson. Como todo vikingo, Ragnar, junto a su hermano Rollo, Floki o la misma Lagertha, además de labriegos o artesanos cumplen como resueltos guerreros (bueno, en una de esas múltiples inexactitudes, la repercusión de Lagertha en la batalla era más de escudera que guerrera, como, además, así la llaman, algo de relativa frecuencia en su cultura, implementándole la serie un valor añadido como combatiente vikinga con mayor presencia en el campo de batalla en el transcurso de las temporadas que la que la realidad otorgaba a sus mujeres, a pesar de contar con mucha independencia en comparación con otras culturas históricas).

Podría achacarse esta reiterada asincronía con el deseo de dar mayor agilidad a la épica por delante de todo rigor, lo que tal vez hayan conseguido en detrimento del crédito. De hecho, me juego lo que sea a que ha sido así, inclinando al Canal Historia, su baluarte formal, como una atracción turística más que didáctica.
Dejando a un lado todos los asuntos concernientes a la veracidad histórica, grosso modo, va de más a menos. Sus tres, tal vez cuatro, primeras temporadas tienen como figura central al mencionado Ragnar, desde los días en que era un guerrero a la par que campesino, explotado como el resto bajo la falsa protección del noble de turno, en ese caso el conde Haraldson, una tiranía velada con cierta similitud al protectorado feudal en que la nobleza ofrecía esa defensa a cambio de diezmos (salvando distancias, la mafia moderna). Su rebelión y ascenso entre los suyos hasta convertirse en admirado rey, tras sus conquistas lejos de tierras vikingas le encumbraron hasta ser uno de los grandes nombres de la cultura nórdica. Héroe y referencia para los suyos, las ansias de expansión, con invasión sajona y franca especialmente, centran la mayor parte de la atención belicosa durante ese espacio de tiempo, con campos embarrados dispuestos a menudo a ser teñidos de sangre, pasando sus huestes a sus víctimas a espada o hacha en mano, combatiendo la rudeza vikinga con la educación noble de sus conquistados en los salones en formas semejantes a las que se abandonan en el campo de batalla. Los sometimientos con violencia física comparten sitio siempre con los de alcoba, en un continuo devenir de personajes que reparten su tiempo entre el placer bajo las cálidas mantas y el deber aguerrido. Entre medias, naturalmente el drama carece de la misma sutileza y deambula entre palacios y aldeas con la misma brusquedad mayoritariamente, con abundante deslealtad y numerosas afrentas. Nada que no supongamos. Los ritos o costumbres entroncan con la misma crudeza sanguinolenta, igual que la tradición vikinga absorbe la cristiana y viceversa.

Después, el relevo generacional de los Lodbrok va tomando protagonismo, gracias a los diversos hijos con distintas mujeres que el rey Ragnar tuvo en vida, y la serie, paulatinamente, va descendiendo en atención y frescura, más notorio en sus dos últimas temporadas en que adolece también de cuantiosas de esas muestras de poca seriedad con la cronología real de los hechos o la presentación de los mismos. Bjorn Piel de Hierro como primogénito de Ragnar, Ivar sin Huesos, Hvitserk o Ubbe ocupan el mayor protagonismo, sembrando una diáspora con sus fratricidas luchas en diversos emplazamientos, alguno de ellos con escaso interés en la acción mostrados casi como un callejón sin salida, como el momento en que, alentados por la posibilidad de cultivar tierras deshabitadas y más prosperas que las propias, un numeroso grupo comandados por Floki, díscolo constructor de barcos y amigo de Ragnar, arriban en nuevas tierras al oeste, tierras que más tarde acabaríamos conociendo como Islandia.

Nota: en el spoiler figura el resto por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
John Dunbar
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