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Voto de John Dunbar:
8
Acción. Thriller Con Dom y Letty de luna de miel, Brian y Mia fuera del juego y el resto de la pandilla exonerada de todo cargo, el equipo está instalado en una vida aparentemente normal. Pero cuando una misteriosa mujer (Theron) seduce a Dom (Diesel) para regresar nuevamente al mundo del crimen, se ve incapaz de rechazar la oportunidad, traicionando así a todo el mundo cercano a él. A partir de ese momento todos se enfrentarán a pruebas como nunca ... [+]
29 de abril de 2020
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Desde que 'Fast & Furious' optase por abandonar los chanchullos y el estraperlo barato girando en torno casi exclusivo de las carreras ilegales y la gente con abalorios y vestimenta poco discreta (es decir, todo aquello posterior a sus tres primeras entregas), y se centrase en tramas y situaciones más enrevesadas, con malos malísimos detrás y ampliación en cada nuevo episodio de caras y nombres, ha pisado el acelerador a fondo y ha ganado en vértigo, emoción e interés general, restando fundamento con el drama sostenido y hasta con el mundo de la física en alguna ocasión. Con el primero, no es su menester, y, con el segundo, ¿a quién le importa si consigue dejarte sin aliento? Con más virtudes que defectos en su casillero general, ha ido sobreviviendo todos estos años y de qué manera.
La fatalidad la golpeó con dureza en el pasado, algo de lo que también parece haberse sobrepuesto. La muerte de Paul Walker, quien era junto a Vin Diesel el principal baluarte delante de cámara del renacimiento popular justo antes de finalizar la número siete, podría haber pasado factura. No solo no ha sido así, sino que ha vuelto a ser tremendamente productiva por encima de los nombres que la representan, demostrando una vez más que la franquicia sigue viva y teniendo cosas que ofrecer. O eso, o que el verdadero alma del equipo sigue siendo Diesel.
Ahora bien, metiéndose en harina, la última por el momento tiene a bien empezar con retraso a adquirir cierto sentido. Hasta ese momento se ciñe a ser ella misma sirviéndose al espectáculo de feria de alta gama, con regodeo y sin tener mayor justificación ni sentido del ridículo en muchas de sus escenas. Hasta que la tiene. Hasta que empieza a ensamblar todas las piezas que primero carecían de orden, sin que abandone en ningún momento (faltaría más) la desproporción de la que lleva haciendo gala desde sus orígenes. Porque si no, no sería 'Fast & Furious'.
La incertidumbre creada hacia su futuro tras la fatal baja de Walker, quedó oficialmente superada en beneficio del morbo para sus fans al ver como Toretto (Vin Diesel) dejaba vislumbrar en la presentación de la cinta su cambio al lado oscuro, sin dejar claras, como es lógico, sus intenciones ni motivos. Una buena coartada con la que dar una pirueta diferente, a costa de robarle protagonismo parcial a la mala oficial, Charlize Theron. Y aunque la atención dramática se vaya con toda la intención por estos lares, la saga no deja de ser una inyección de testosterona y luce sus músculos engrasados con Jason Statham y Dwayne Johnson. Sus continuas bravuconadas son la parte divertida del show, al que no se le puede negar su voluntad inquebrantable de divertir sin mesura con la dosis justa de compromiso.
Estamos en que ante un reparto coral que se debe al espectáculo y habiendo principales y secundarios, el tiempo y la relevancia quedan repartidos más que de costumbre. Eso no incluye justificar una Helen Mirren desaprovechada, usada (con perdón) para apenas un par de escenas, eso sí, de relevancia notable.
En su poder de exhibición queda también su vulnerabilidad. Es tan fácil que todos pongamos una expresión en nuestro rostro de perplejidad ante lo ostentoso, que hace cada día más inaccesible la creencia en que trabaja a partes iguales el espectáculo y lo que quiera que sea que nos cuente. De todos modos, ojalá todas las cintas de acción tuvieran el mismo problema.
John Dunbar
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