VERÓNICA tiene cosas mejores (el montaje paralelo entre la ouija y el eclipse de sol, la aparición del padre desnudo, los niños de la película, la utilización de las canciones de HÉROES DEL SILENCIO, la linterna en el techo de estrellas, ANA TORRENT, el retrato no idealizado de los 90) y otras peores (la ridícula monja ciega con acento andaluz, la criatura esa marrón anti-iconográfica, la resolución anti-climax), pero, y contra todo pronóstico, lo que más me gustó de la película, lo más bonito de la propuesta es lo que yo creía que era lo más me iba a alejar de ella, y al contrario; que es española.
Por fin una película de genero que no puede tener remake americano pues parte fundamental de su adn conceptual es que es española.
Detalle que hace que todo se le perdone.
El cine estaba lleno, por cierto.
Las niñas pijas gritaban y reían y una familia entera de padre, madre e hijos comentaban la película como si estuviesen en el salón de su casa que hasta les tuvimos que mandar callar y todo.
Las mejores películas de terror españolas continúan siendo QUIÉN PUEDE MATAR A UN NIÑO, EL ATAQUE DE LOS MUERTOS SIN OJOS Y LA RESIDENCIA.