Tras un absoluto fiasco en la tercera entrega de esta famosa saga uno acude a la sala de proyección bastante temoroso de lo que ocurrirá. Un comienzo bastante distinto a lo que nos tiene acostumbrados nos adentramos en una nueva generación, nuevas reglas. Con ciertos guiños hacia entregas pasadas, los minutos transcurren entretenidos. Y con algún guiño cómico, que no era necesario, pero que siempre viene bien hechar una carcajada.
En resumen, en mi opinión, Wes Craven consigue quitarnos el mal sabor de boca de la horrorosa scream 3 dejando paso a una nueva película con un final que después de tres películas aún consigue sorprendernos y dejarnos pegados a la butaca. Una versión muy a la talla de scream 2.