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Voto de Lafuente Estefanía:
8
Western Monte Walsh es un viejo vaquero que observa los últimos días de la era del salvaje Oeste. A medida que el alambre de púas y los ferrocarriles eliminan constantemente la utilidad del oficio de vaquero, Monte y sus amigos tienen cada vez menos opciones. Hay nuevas oportunidades de trabajo disponibles para ellos, pero la libertad de su oficio a campo abierto es lo que anhelan. (FILMAFFINITY)
31 de marzo de 2024
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es más, remacha con contundencia, "Y si se casan dejan de ser vaqueros". Comenta en la intimidad de la alcoba Monte Walsh (Marvin) a La Condesa (Moreau), la puta de la que está enamorado.
Es una escena de extraordinaria delicadeza entre dos personas que, lo saben bien, han dejado pasar todas las oportunidades que les ha brindado la vida. "¿Por qué no nos hemos casado? -Porque nunca me lo pediste. -No se me ocurrió pensarlo. ¡Los vaqueros no se casan!"
Y siguen haciendo planes los dos a la espera de una imposible mejora de su situación.
Precioso western de perdedores que destila melancolía y romanticismo. Pasaron los indios y los vaqueros, los pistoleros y el 7º de Caballería. Ahora todo se decide en los consejos de administración del Este, "La compañía no necesita tantos vaqueros. Tengo que despedir a cuatro".
¿Qué pueden hacer los viejos vaqueros? ¿Robar? "Yo no he estado nunca en un banco". ¿Casarse con una viuda ferretera como Chet (Palance)?, "Esto no es dinero, es capital, así es como lo llaman ahora". ¿O lanzarse a galope tendido por el acantilado como hace otro de estos desclasados? "No hay por qué ser vaqueros eternamente?
Preciosa historia muy bien contada en un sólido guion que deja soberbios diálogos entre Moreau y Marvín (M&M). Y eso dentro de una cinta de silencios.
Realización con ritmo sosegado, tranquilo, con tiempo para ir perfilando los personajes a base miradas, de frases medidas, lapidarias.
No hay que buscar necesariamente culpables. Son los tiempos que quitan a unos y ponen a otros. Por eso también el bello final lobuno.
Soberbias interpretaciones, música y fotografía.
Imprescindible para los aficionados al western. Muy superior a la versión televisa de 2003.
Lafuente Estefanía
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