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Voto de Isaac Paskual:
5
Comedia. Romance. Drama Luisa (Inma Cuesta) y Alberto (Raúl Arévalo) se han visto obligados a irse a vivir al campo, pero la idílica vida rural enseguida empieza a mostrar su cara menos amable. A pesar de que la pareja no atraviesa por sus mejores momentos, Luisa está obsesionada con tener un segundo hijo, aunque el precio sea el sexo más apático imaginable. Quien ni se plantea pisar el campo es Juan (Alberto San Juan), el hermano de Alberto, periodista en ... [+]
14 de agosto de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Las ovejas no pierden el tren” es una dramedia entorno a la tan temida crisis de los 40, con un defecto que la condena bastante, Álvaro Fernández Armero nunca le ha sabido encontrar el tono adecuado al producto que tenia entre manos. La historia circula a medio camino entre: el drama con altura de miras, la dramedia ácida y la comedia romántica facilona y sin pretensiones, tres géneros que hay que ser un maestro para mezclarlos con precisión y no salir dañado del intento. Lo lógico hubiera sido centrarse en uno de esos tres y luego añadir pequeñas dosis de los otros dos, pero en “Las ovejas no pierden el tren” el realizador madrileño no ha sabido escoger y le ha salido un batiburrillo en el que, una escena de comedia absurda sobre el amor es incomprensiblemente precedida por una de drama profundo sobre el alzheimer, sin nada entre medias que te prepare. Y así se tira noventa minutos, en ese vaivén de géneros que lo único que consigue es dispersar al espectador. Si que es cierto que de mitad de película en adelante se sobrelleva mejor, pero el daño ya está hecho. Tengo la sensación de que Álvaro Fernández Armero se muestra como una especie de Daniel Sánchez Arévalo de marca blanca, pero es que lo que hace este último solo lo sabe hacer él.
Otra cosa que también le pasa factura al film es que Álvaro Fernández Armero no ha sabido escoger unos protagonistas claros para su historia, y si los tenia no ha sabido demostrarlo. En teoría los caracteres principales de “Las ovejas no pierden el tren” son Inma Cuesta y Raúl Arévalo, pero luego pululan por la trama una serie de secundarios que a la hora de la verdad gozan de tanto o más protagonismo que la pareja principal. Y si dichos secundarios hubiesen tenido gancho, pues vale, pero es que a mi no me han enganchado nada, me han resultado intrascendentes. Y esa excesiva coralidad de la cinta me duele aún más viendo el gran potencial que demuestran Cuesta y Arévalo, quienes se llevan las mejores frases del guion a sabiendas de que eran las estrellas de la función. Lo anterior no quita que el reparto del film esta muy por encima del propio film, un elenco por desgracia muy desaprovechado en batallas menores.
“Las ovejas no pierden el tren” pretende ser una dramedia coral, que lo consiga ya es otra historia. Va claramente de menos a más, sin que tampoco el más sea gran cosa. Puede llegar a ser ligeramente entretenida, gracias sobretodo a su pareja protagonista, pero de ahí no pasa.
Isaac Paskual
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