Bien sabéis que con este tipo de delirantes productos de tintes catastrófico-naturales soy esa especie de espectador facilón al que la más mínima tontería le sirve para la causa. Bueno, y si no lo sabéis, hoy os estáis enterando. Y si además la tontería en cuestión la firma un alumno aventajado de Roland Emmerich en prácticamente noventa minutos, pues mejor que mejor.
Eso es "Geostorm", una set-piece de un film de este tipo de mayor envergadura. De un "2012" (2009), por ejemplo. Se nota que Dean Devlin, guionista y productor de varios trabajos de Emmerich, ha mamado bien de su teta.
Dicho todo lo anterior, y habiendo disfrutado la película, es justo reconocer, no ya que el guion sea flojo, sino que "Geostorm" junta un número excesivamente peligroso de coincidencias del tipo: necesitamos 'tal cosa' para desarrollar la trama y casualmente pasaba por aquí esa 'tal cosa'. Imagino que es el peaje para reducirlo todo a hora y media, pero se debería haber vigilado más.
Esta obra de Dean Devlin también nos demuestra que los genes para salvar al presidente de los EEUU no están solo en Gerard Butler, los tiene toda su familia. Aquí es el hermano, dale que te pego. Si es que hay familias que, aun mal avenidas, son patrimonio de la humanidad.
Y para rematar la faena, en plan bien, anda por ahí mi venerada Abbie Cornish. En definitiva, que no puedo pedir más.