Absolutamente desconcertante que una película llamada "Vivir de noche" suceda casi enteramente de día. Iba a decir que ojalá algún día una continuación llamada "Vivir de día" que verdaderamente suceda de noche, pero visto el nivel de este cuarto largometraje de Ben Affleck, casi mejor cierro la boca.
Tengo muy claro a qué pelis concretas y a que tipo de cine pretende rendir pleitesía el bueno de Ben en "Vivir de noche", adaptación cinematográfica de la novela homónima de Dennis Lehane. De hecho, durante la primera media hora de metraje no lo hace nada mal. Ahora bien, toda vez que la historia cambia de marco, ese momento concreto en el que Affleck decide que quiere empezar a hacer su propia película, adiós. A partir de ahí todo me resulta desangelado, apático, perezoso, plano… Pasan cosas durante dos horas pero es como si no pasara nada.
A ello hay que unirle erráticas decisiones narrativas de dudoso propósito. Véase por ejemplo: la voz en off del protagonista a modo de narrador.
A la postre lo más estimulante y hasta eficaz de "Vivir de noche", sin ser tampoco un alarde, es su reparto femenino. El trío compuesto por Elle Fanning, Sienna Miller —irreconocible, por cierto— y Zoe Saldana me ha gustado mucho, dan la sensación de ser las únicas en tomarse medio en serio el percal.
En resumidas cuentas, ¿será "Vivir de noche" la excepción que confirma la regla, o lo habrán sido las tres obras anteriores de Affleck?…