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Santo Tomé y Príncipe Santo Tomé y Príncipe · Villacanicas del Hoyo
Voto de McCunninghum:
9
Vals con Bashir
2008 Israel
Animación
7,5
23.447
Animación. Drama. Bélico Documental animado sobre la matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila (Líbano) en 1982. Una noche, en un bar, un viejo amigo le cuenta a Folman una pesadilla recurrente en la que le persiguen siempre 26 perros. Los dos hombres llegan a la conclusión de que la pesadilla tiene que ver con una misión que realizaron para el ejército israelí durante la primera guerra con el Líbano a principios de los años ochenta. A Folman le ... [+]
1 de abril de 2010
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oxímoron: es la combinación de dos conceptos opuestos que conforman un significado nuevo. (RAE)
Lo que viene considerándose el cine más actual responde a esa misma estructura paradójica. El documental de ficción, o el contagio de la ficción en el documental y viceversa, recoge las propuestas más revolucionarias y apetecibles de los últimos tiempos, procedentes desde los más diversos lugares del mundo. El oxímoron cinematográfico aparece como el mejor representante del cine globalizado: así en el cine asiático, el europeo o el sudamericano, con ejemplos como los de Jia Zhang-Ke, Lauren Cantet o Lisandro Alonso. El filme de Ari Folman da un paso (no) más allá, al introducir la animación como dispositivo de representación. Animación que cubre la realidad como una pátina lisérgica, ficcionalizando sin inventar. Método este de animación superpuesta que ya nos había descubierto Richard Linklater en las películas Waking Life (02) y Una mirada en la oscuridad (06), aunque con una considerable “frialdad”, en palabras de Folman.
Vals con Bashir se nutre de la realidad. Planteada como un falso documental que intercala entrevistas y reminiscencias y rememoraciones (siguiendo así el clásico ejemplo del film de Welles, numberone de todos los rankings, Citizen Kane (41)), la película de Folman es un viaje a través de la memoria de varios soldados israelíes que participaron en la masacre de Beirut en 1982 y que, como el propio director, parecen haber bloqueado (o reprimido, como diría un psicoanalista judío, en un silencio atronador) todo recuerdo de la operación. Folman introduce dos personajes ficticios (los otros seis entrevistados eran verdaderamente unos jovencitos cuando invadieron el Líbano), seres animados que vehiculan la historia: “Prefiero que dibujes, no que filmes”, le dice un falso-amigo en Amsterdam al alter-ego de Folman. Otro le cuenta cómo la memoria llena los huecos e inventa reconstruyendo un pasado. El Otro Folman se embarca en un diálogo con los fantasmas pretéricos para elaborar un recuerdo, para re-elaborar un trauma olvidado. Dialoga con los fantasmas del presente también, los soldados olvidadizos, o el amigo que le narra su pesadilla con los 26 perros asesinados, dando comienzo a la búsqueda de Folman por su memoria y la de sus compañeros: “El cine es terapia”, le dice. ¿No?
(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
McCunninghum
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