Basándose en esa idea verosímil de que hay ricos capaces de pagar por matar a una persona ,y jugando con la mala fama que también parece que tienen los países del Este, Eli Roth crea una especie de Slasher donde el asesino psicópata es sustituido por los poderosos adinerados sedientos de sangre.
No hay más que jóvenes, drogas y sexo sin supervisión de padres, como todo slasher. En este caso no hay casas de campo (Cabin Fever), se trata de los viajes de estudios internacionales que hacen muchos jóvenes, jugando así con leyendas urbanas, como sule hacerse en este subgénero de películas de terror.
La película no aporta gran cosa ni para los amantes del género, es bastante floja. El guión es un relleno de absurdos que a veces no consigue ni entretener, haciendo que el film sea bastante lento y aburrido a pesar de durar poco más de hora y media.
Me gustó un poco más que Hostel I, aunque prácticamente es lo mismo, es decir, te la venden con el nombre de Tarantino y con violencia asegurada, y luego no tiene nada que ver. Quizás dos escenas desagradables, pero ni si quiera merece aguantar toda la película para visionarlas.