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España España · Santa Margarida i els Monjos
Voto de Víctor Baylach:
6
Drama David, un niño coreano-americano de 7 años, ve cómo a mediados de los años 80 su vida cambia, de la noche a la mañana, cuando su padre decide mudarse junto a toda su familia a una zona rural de Arkansas para abrir allí una granja, con el propósito de lograr alcanzar el sueño americano. (FILMAFFINITY)
9 de abril de 2021
22 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de la gran sorpresa y el renacer del cine oriental en Hollywood que supuso “Parasite”, la maravillosa productora y distribuidora A24 aprovecha el tirón y juega sus cartas con un filme de cascara coreana pero de semilla norteamericana. Dirigida por Lee Isaac Chung, “Minari” es la historia de David, un niño coreano-americano de 7 años al que junto a su familia se muda a un terreno rural de Arkansas, donde allí su padre sueña con abrir una granja de frutas y verduras coreanas con el propósito de cumplir el sueño americano.

Usando su infancia como pretexto, Chung crea un drama autobiográfico de cocción lenta donde trata una historia de superación personal y familiar con la que se adentra en el campo de los sueños, pesadillas y deseos que nos marcamos en esta vida, y como estas ambiciones y miedos pueden rasgar el vínculo de una frágil familia en circunstancias delicadas. Funciona como un ejercicio tranquilo e inocente, al que le acompaña una sutil comedia que le sienta como anillo al dedo, y que no llega a entorpecer con choques culturales ni otros aspectos relacionados. Si bien cada elemento y personaje funciona en mayor o menor medida, es indudable que el personaje de Soonja y su relación con David se lleva el espectáculo al bolsillo; una abuela de mentira, que no sabe cocinar galletas, que dice palabrotas y que viste en calzoncillos, a la que Youn Yuh-jung interpreta magníficamente, dándonos esta anciana tan poco convencional y que, junto al pequeño Noel Cho, se roba cada plano al que aparece.

Aún con toda la belleza que posee, me resultaba un tanto tedioso su visionado, no por su lentitud ni por su falta de sucesos, pues es una película centrada en un claro e interesante desarrollo de personajes y relaciones, sino porque me surgía un cierto desafecto hacia lo que se me estaba relatando. Una sensación que las horas y la digestión de la película han logrado suavizar un poco, pero si algo os advierto es que no cometáis el error que yo y miradla en su versión original, donde la mayoría de sus diálogos son en coreano y ello la hace más admisible.

“Minari” es una película bonita, tierna y sencilla, la que no debe confundirse con simple, pues posee mucha inteligencia y está bien milimetrada, con unas interpretaciones logradas y veraces, y que si bien me persuade en forma no lo hace tanto en su narración. Una práctica cinematográfica con mensaje y moraleja al son del concepto de la mismísima palabra “minari”: una planta que al morir renace y crecer más fuerte.
Víctor Baylach
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