No hay duda de que Gravity cuenta con un aspecto visual deslumbrante. Cómo algunos críticos mencionan, es lo más cerca que nosotros, humildes espectadores, hemos estado del espacio. Sin embargo, a veces parece que la gente se olvida de que el cine ha pasado hace más de 100 años (precisamente con otra obra sobre el espacio, el famoso "Viaje a la Luna" de Meliés en 1902) de ser un experimento tecnológico de los Lumiere, a ser un lenguaje para contar historias. Esto último precisamente, en mi opinión, no es el punto fuerte de Gravity. ¿Se trata de una idea original? Si. Y tampoco se puede negar que no haya un argumento que se desarrolla; pero el caso es que al tratarse de una historia de un sólo personaje (pues Clooney es una vía para presentarnos a la prota), no queda otra que fastidiarla con su propia mala suerte. Syd Field decía que un guionista debe subir a su protagonista a un arbol, y tirarle piedras, y más piedras, y más piedras, hasta que caiga. Los guionistas de Gravity se tomaron esto muy en serio (bueno, en vez de piedras residuos espaciales); tan en serio que resulta frustrante que todo le salga mal a la pobre Bullock, pues sólo le faltó engancharse a las algas al final y que le cayeran encima los restos de la nave. En fin...lo peor de esto es que tampoco nos hubiese importado mucho, y puede ser que a ella tampoco. Es un esbozo de personaje, es imposible encariñarse con ella, sólo sabemos que su hija murió en un accidente estúpido y que eso le amarga. Ni siquiera hay razón alguna que le motive para volver a la tierra... A lo mejor sólo lo hace porque el encantador Clooney, de "bonitos ojos marrones" se lo ha pedido...¿Razón de peso?...No lo creo.