Reconozco que me he divertido viendo esta descacharrante road-movie y aunque no todo funciona, y hay (como es habitual en la comedia actual) lagunas en el ritmo, está muy por encima de la media de un género que ya en otras ocasiones he considerado como herido de muerte.
La pareja protagonista formada por Jennifer Aniston y Jason Sudeikis resulta de lo más gratificante, al igual que los dos adolescentes que les acompañan en esta aventura.
Hay momentos realmente hilarantes, como la escena en el interior de la tienda de campaña o el momento de la araña, pero en cambio la trama con los villanos de turno no termina de cuajar del todo (pero tampoco molesta).
Y tiene ese punto de historia amable y sin demasiadas pretensiones que tanto me gusta y tan buenos recuerdos me trae (véase por ejemplo ese clásico ochentero a reivindicar titulado “Mejor solo que mal acompañado”).
En definitiva, una película para pasar un buen rato, que si hubiera sido más políticamente incorrecta, podría haberse convertido en la mejor comedia del año.